Esta madrugada se produjo el eclipse lunar parcial más largo del siglo, de alrededor de 3 horas y 28 minutos de duración, algo que no ocurría hace 600 años. Fue visible en Europa Occidental, Asia Oriental, Australia, América del Norte y del Sur, con diferentes grados de visibilidad y disponibilidad de tiempo.
En este contexto, un grupo de astrofotógrafos viajó ayer hasta las Cataratas de Iguazú para registrar este fenómeno, entre ellos la fotógrafa y meteoróloga Jorgelina Álvarez. Es reconocida por ser la primera argentina elegida por “The World at Night”, un proyecto internacional que surgió con el objetivo de producir y presentar una colección de fotos y videos del cielo nocturno de alta calidad tomadas, en varios lugares naturales, culturales e históricos en todo el mundo.
“Estoy muy emocionada y agradecida por tener esta oportunidad de vivir un eclipse de luna en un lugar tan espectacular como lo son las Cataratas del Iguazú. La primera vez que vine era muy joven, pasó mucho tiempo así que esta es como si fuera la primera vez. En Misiones hay tantos paisajes que no dejo de abrir la boca”, contó Jorgelina a PRIMERA EDICIÓN.
Es que ella es una de las pioneras de la astrofotografía en el país. “Siempre fui una apasionada de la astronomía, hasta que encontré esta herramienta que es la cámara de fotos con trípode para fotografiar lo que hay en el cielo, que eso es la astrofotografía, capturar luz a la bóveda celeste y a los astros que hay en el cielo. Tener esta herramienta hizo que expanda eso que siento por el universo”, manifestó.
Recordó que su pasión comenzó desde chica cuando miraba el cielo y trataba de comprender a las estrellas. “Ver pasar un satélite en el mismo lugar a la noche, o ver cómo se mueve la bóveda celeste me fueron llevando a querer entender un poco más sobre la astronomía”, precisó.
A su vez, la fotografía se convirtió en parte de su vida justamente por querer saber, capturar y contarle a las demás personas lo que ocurre en el cielo.
Además de estas pasiones, Jorgelina estudió meteorología y fue mientras trabajaba en el Servicio Meteorológico Nacional que se le presentó la oportunidad de instalarse en algunas de las bases de la Antártida Argentina. A principios de 2017 fue seleccionada para estar en la base Marambio donde pudo dar rienda suelta a la astrofotografía.
“Fue diferente a todo lo que había vivido anteriormente. En lo que es la meteorología, estaba esto de estar con 5 grados, pero en dos segundos te cambia el viento y estabas a 21 grados bajo cero, eso a mí me encantaba sentirlo porque es algo que no ocurre en todos lados. Y en lo que es la fotografía era todo el tiempo sacar fotos de cómo estaba cambiando la luz, eso me encantaba y lo disfruté muchísimo”, apuntó.
Asimismo, observó que cada vez hay más personas que practican la astrofotografía en el país. “Hoy en día es más accesible tener una cámara de fotos, somos cada vez más y esperamos que más adelante seamos millones”, expresó