Más de 40 frazadas, alimentos, productos de limpieza y prendas de vestir, donadas por la comunidad posadeña, serán de suma utilidad para los internos del Hospital de Rehabilitación en Salud Mental “Dr. Ramón Carrillo”, de la capital provincial. La ayuda, que llegó de manos de Ana Laczeski, y fue recibida por la directora de la institución, Mirna Susana Corach, fue recolectada a través de una campaña que nació en las redes sociales.
“La gente es muy caritativa, estamos muy agradecidos con quienes permanentemente están colaborando con los pacientes. Muchas veces la necesidad hace que pidamos colaboración a la comunidad y ésta es la respuesta: en esta ocasión fue maravillosa”, apuntó la profesional.
“Nuestros pacientes muchas veces demandan algunos hábitos tóxicos porque son de fumar, le gustan las golosinas, muchas veces quieren revistas. La institución tiene su provisión de elementos de limpieza, pero si la gente quiere colaborar y donar, será bienvenida. Pueden traer su ayuda y depositarla en el espacio de vigilancia o en la dirección del hospital”, acotó. Corach manifestó que “queremos agradecer a la comunidad que siempre está pendiente de las necesidades y de las solicitudes que muchas veces hacemos a través de las redes sociales”.
Para Ana Konvalski de Laczeski (79), ayudar “es un orgullo” y es una actividad que la mantiene activa. Durante quince años trabajó en Cáritas de la Parroquia Virgen de Itatí, por lo que le sobra experiencia en este tipo de convocatorias. “Tengo experiencia en esto, me gusta ayudar al prójimo. Y no lo hice solamente en la parroquia, sino que ayudo al comedor ´Ellos no tienen la culpa´. Soy honesta conmigo misma y con el señor que me protege”, contó.
Recordó que su hija Susana, “me mostró una publicación de Facebook donde se solicitaban donaciones para el hospital Carrillo por lo que me puse en campaña y juntamos frazadas, mercaderías, ropas. Y ahora se inició una segunda parte de la campaña para regalar antes de Navidad para que el 24 de diciembre puedan tener su pan dulce, ropas en buen estado”.
Admitió que tiene el don “de sanación, por lo que las personas vienen y piden que les bendiga. No cobro por eso, pero les sugiero que la ofrenda consista en elementos para alguna institución que necesite. Y siempre me traen, las personas no son mezquinas, más bien agradecidas”.
Ana nació de Cerro Corá, y a los once años acompañó a sus padres y sus hermanos, que vinieron a Posadas a buscar un futuro mejor “del que teníamos en la colonia. Empecé a trabajar en la mercería Pilú, con el tiempo me conocí con quien fue mi esposo, Pedro Timoteo Laczeski, nos casamos a los dos años y nos quedamos en este barrio. Hace 62 años que vivo aquí, en el Primera Junta”.
Contó que se acercó a la parroquia por intermedio de unas amigas que le comentaron “que necesitaban nuevas guías. Siempre iba a misa a la Itatí, que queda a seis cuadras de mi casa. Un señor de apellido Rodríguez, que quería delegar las anotaciones, me dijo: ¿se anima? Le contesté por qué no, si todo se aprende. Desde ahí me quedé por 40 años como guía de la primera misa de la parroquia. En todo ese tiempo falté solos dos veces, el día que se casó mi hija Susana y en la boda de mi hijo Roberto”.
A los que deseen hacer alguna donación para alguna institución pueden llamar a Ana al (376) 4456636, y si no pueden acercar la ayuda, “trato de acercarme al domicilio. En el Carrillo, por ejemplo, necesitan un montón de cosas. Yo abracé esto de ayudar a mi prójimo, y para mi es reconfortante. Ese día que fuimos al hospital, me llenó de alegría. Los internos se amontonaban por un cigarrillo. Le llevamos yerba para el tereré. Las familias los dejaron al cuidado en ese lugar y así viven, entonces los de afuera, los que tenemos un poco de piedad por nuestro prójimo, tenemos que hacer algo por ellos”.
Y ahora que se acercan las fiestas de fin de año, “está bueno poder tener ese espíritu. El 20 o 22 de diciembre llevar esas cosas caseras que vamos a preparar para que ellos tengan la posibilidad de pasar una Navidad parecida a la que nosotros podemos pasar. Un poco más digna. Sin tirar manteca al techo, pero más o menos”, manifestó.