La sonrisa no sólo afecta a cómo se siente una persona sino también a la primera impresión que causa en los demás.
Cuando quieras ofrecer una buena impresión en una cita, en una entrevista o a la hora de quedar con un cliente potencial, presentate con una amplia sonrisa, incluso aunque no lo hagas habitualmente. Esta acción establece la base ideal para crear una primera buena impresión, facilitando la interacción hacia una relación positiva. Una sonrisa puede llegar a convertir a las personas desconocidas en amigos, parejas, empleados o clientes.
Practica a menudo. Puede parecer una tontería, pero no: tomar el hábito de la sonrisa fácil y abierta. Como ejercicio, hacer un esfuerzo extra y sonreí a los demás cinco veces al día como mínimo.
Mantené una higiene bucal correcta. Unos dientes sanos y limpios son la base de una sonrisa saludable. Todos tenemos vidas ajetreadas, pero resulta importante cepillarse los dientes después de cada comida (no hay cosa más poco estética que unos dientes sucios por comida) y pasarse el hilo dental a diario, además de visitar la consulta del dentista cada seis meses.
Transforma tu imagen. Los dientes pierden de manera natural su brillo a lo largo del tiempo; el café, el vino tinto, el tabaco y muchos alimentos que ingerimos a diario pueden oscurecer nuestros dientes. Cuidad su color, intentando no mancharlos.
Hay una gran cantidad de aspectos que no podemos cambiar sobre nuestro físico, pero tener unos dientes más blancos y brillantes, hoy en día y gracias a los nuevos tratamientos dentales y estéticos, es algo más fácil de conseguir y que puede tener un gran impacto sobre nosotros mismos.
Todo forma parte de la belleza.