Por una iniciativa de Susana Rendón, el honorable Concejo Deliberante de Apóstoles aprobó por mayoría nombrar al predio de la Expo Yerba “Angélica Felisa Schnarbach”, en homenaje a la mujer que, aunque la historia no supo tenerla en cuenta, bregó por la realización de una fiesta con la yerba mate como eje e, incluso, llevó a cabo una primera edición.
Rendón confió que “me parecía inadmisible que en la ciudad donde se celebra cada año la Fiesta de la Yerba Mate no hubiese absolutamente ningún homenaje a su creadora. La primea intención fue, como artista plástica, realizar un mural. Pero al no conseguir una foto específica de su rostro y como se acercaba ya otra edición pensé en ampliar el proyecto y poner el nombre de Angélica en el lugar donde se realiza el evento. Nada más lógico, no se quita nada, sigue siendo el predio Expo Yerba, como hace tantos años se lo conoce, sólo se suma el nombre de Schnarbach”.
Pero, “de qué sirve el nombre si se sigue desconociendo quién es y qué hizo. Entonces sumé la propuesta de un Código QR, para que la información esté disponible para todos. Y si el día de mañana consigo la foto de referencia, completaría el proyecto del mural”, subrayó y puso énfasis en que “es hora de que dejemos de buscar héroes en otro lado, cuando los tenemos aquí, en cada localidad pero que, lamentablemente, como en el caso de Angélica, quedaron en el olvido”.
El Taller de Cultura y Turismo de la Tercera Edad de la UNaM fue clave en el rescate del trabajo que llevó a cabo esta mujer que nació en Colonia Santa María, el 14 de enero de 1894, penúltima de doce hermanos, sus padres eran inmigrantes alemanes que llegaron desde el Brasil. Cuando obtuvo su título de maestra normal rural se inició en la Escuela 56 de El Paraíso Apóstoles. Más tarde pasó por la picada San Javier, donde se convirtió en directora de la Escuela 79 y casi en paralelo fundó la Escuela 97, en Picada Sueca, donde tuvo la cordial acogida e inmediatamente puso de manifiesto su temple de maestra consagrada al trabajo.
Fiel a sus ideales, Schnarbach vio la necesidad de unir en una conmemoración la importancia de la yerba mate, por ser producto regional y genuino, legado por los pueblos originarios y el debido reconocimiento que debía hacerse al esfuerzo de los que dedicaban su vida a este cultivo, cosecha y elaboración, con este ideal esta maestra proyectó, promovió y organizó la primera Fiesta de la Yerba Mate que se llevó con total éxito en 1942 en la Escuela 97, con la participación de grupos musicales, discursos de vecinos, exhibición de plantas de yerba, bolsas de yerba, flores, comidas típicas y hasta candidatas a reinas, en un marco familiar y ameno, aunque desbordado de gente que superó todas las expectativas.
Quienes fueron testigos de su obra recuerdan que en 1944, cuando se iba a realizar ya la tercera edición, convencieron a Angélica que se traslade solamente por ese año a Posadas, debido a la anunciada visita del presidente de la Nación Edelmiro Farrell. Y el entonces gobernador del Territorio Nacional de Misiones, Eduardo Otaño, por la fiesta, la incluye en el Programa “Quincena del Turismo” en forma conjunta con el “Primer Congreso Nacional del Tabaco” y la “Segunda Muestra del Trabajo Regional”.
Decepcionada por cómo habían anunciado la festividad por la que había luchado sin que nombren sus orígenes, el 5 de octubre de 1944, durante la presentación en el Parque Paraguayo, donde hoy se ubica la Cámara de Representantes, Schnarbach decidió retirarse sin formar parte de los festejos finales.
Tuvo un trágico final, ya jubilada, todos los años regresaba a su querida picada Sueca y llevaba regalos, dulces y obsequios para los alumnos de la Escuela 97. Al regresar de esa entrega, en vísperas de Navidad, el 24 de diciembre de 1953, por el mismo camino que había ayudado a construir y mantener una y mil veces, fue interceptada por un grupo de hombres que, en aparente estado de ebriedad, la asaltan, la violan y finalmente matan a puñaladas.
Hoy sus restos descansan en el panteón de la familia Schnarbach en el cementerio de Apóstoles.