Tal y como se ha explicado en otras oportunidades, los virus mutan y existe un gran número de variantes del SARS-CoV-2 circulando en todo el mundo. La OMS cuenta con una clasificación de todas estas variantes sobre las que efectúa una estrecha vigilancia atendiendo a diversos factores. De este modo, nos encontramos con tres clasificaciones.
La primera de ellas engloba a las variantes del coronavirus que son clasificadas como de preocupación (VOC, por sus siglas n inglés). Estas comparten ciertas características que las hacen más transmisibles, con mayor capacidad para provocar enfermedad grave o cuentan con cierto escape inmunitario. Actualmente este grupo está formado por las variantes Delta, Alfa, Beta (B.1.351, detectada originalmente en Sudáfrica) y Gamma (P.1, detectada originalmente en Brasil).
El segundo grupo lo forman las variantes de interés (VOI, por sus siglas en inglés). La OMS solo incluye dos variantes en este grupo: Lambda (C.37, detectada originalmente en Perú) y Mu (B.1.621, detectada originalmente en Colombia).
El tercer grupo aglutina las alertas actuales de variantes bajo vigilancia compuesta por 16 linajes identificados que, por el momento, no representan una amenaza tan importante como para pasar a formar parte de los grupos anteriores.
Hasta la fecha, AY.4.2 no se encuentra registrada en ninguno de los tres grupos. Delta fue clasificada como variante de preocupación en Reino Unido en mayo de 2021 cuando se impuso a Alfa. En julio, los expertos identificaron los primeros casos de AY.4.2. Desde este momento este linaje de Delta ha ido aumentando lentamente su presencia y cuenta con algunas mutaciones nuevas que afectan a la proteína de pico (Spike) que el SARS-CoV-2 emplea para penetrar en nuestras células.
¿Implica un peligro real?
La clasificación de las distintas variantes y linajes explicados son el resultado de los necesarios esfuerzos de secuenciación genómica del virus a nivel global. Sin esta tarea, sería imposible conocer la expansión del virus y sus nuevas variantes.
Los expertos se encuentran estudiando ahora el peligro que puede suponer AY.4.2. Si se confirma una mayor capacidad de transmisión o capacidad para evadir la respuesta inmune, se clasificaría como variante de interés o preocupación (en función del número de casos identificados y su expansión dentro de Reino Unido o más allá de sus fronteras). Hecho que se traduciría en un mayor control sobre esta variante.
En el momento actual no se cree que AY.4.2 pueda expandirse de la misma forma que lo hizo Delta (algunos estudios apuntaban a un capacidad de transmisión hasta un 60% superior a la de Alfa), por lo que podríamos estar ante una serie de casos anecdóticos.
“Es potencialmente una cepa ligeramente más infecciosa. No es nada comparado con lo que vimos con Alfa y con Delta, entre un 50 y un 60% más transmisibles. Por lo tanto, estamos hablando de algo bastante sutil que se encuentra en investigación”, declara en la BBC el profesor Francois Balloux, director del Instituto de Genética del University College de Londres.
Afirma que podría ser “hasta un 10-15% más transmisible”, y pide cautela hasta que se afiancen las investigaciones. Más allá de Reino Unido se han identificado algunos casos en Estados Unidos y Dinamarca, pero las nuevas infecciones de AY.4.2 en ambos países han descendido desde la identificación de los primeros casos.
La aparición de AY.4.2 se produce en un momento en el que la campaña de vacunación contra el COVID-19 en Reino Unido está estancada y se ha producido un incremento de casos. Motivo por el que los trabajadores sanitarios británicos han planteado la posibilidad de recuperar alguna de las restricciones adoptadas si se produce una “crisis de invierno”, después de que el país superase el martes los 4,5 millones de casos desde el inicio de la pandemia y registrase su peor dato diario de fallecidos desde marzo.
Fuente: consalud.es