A nivel nacional, el consumo de cortes vacunos cayó a 47,3 kilos por habitante en el promedio de enero a septiembre de este año. Este dato es el más bajo de la serie medida por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).
Por ello, desde la Cámara del sector cárnico estiman que, de mantenerse la tendencia, el año finalizaría con un nuevo récord negativo, dado que en 2020 hubo un consumo de carne per cápita de 49,7 kilos por año, siendo el menor volumen consumido en 100 años.
Además, informaron que durante el mes pasado la faena alcanzó a 1.090.000 cabezas, siendo 8,2% menos que en agosto y casi 10% menos que en septiembre del 2020.
En este sentido, empresarios del sector remarcaron que en Misiones la venta de carne en general sufrió una caída del 20%, comparado con los índices del año pasado. El mayor impacto se dio con el asado que se consume hasta un 50% menos que hace doce meses.
Abel Motte, empresario del sector cárnico, entrevistado por PRIMERA EDICIÓN, comentó que “en la realidad del mercado en general hay una caída importante del nivel de ventas de la carne. Y hay un dato muy certero a tener en cuenta, si cae la faena es porque disminuye el consumo, no puede haber consumo sin faena, y la faena cayó bastante”.
“Comparado con los niveles de comercialización del año pasado, la venta de carne en general cayó alrededor de un 20%”, afirmó y añadió que “de igual manera, eso está algo equilibrado en lo monetario por la inflación. Porque son dos cosas distintas, una cosa es la caída por kilo y otra la disminución por precio monetario. Por ejemplo, el año pasado 10 kilos de chuleta costaban alrededor de $3.500 pero este año los 10 kilos valen $4.800. Entonces por ahí se consigue más venta en relación al valor pero menos en kilos porque cayó la demanda”.
Consultado por los cortes más buscados por los clientes, señaló que “en este momento, son la paleta, la aguja y el osobuco. El fin de semana en particular hay una búsqueda con un consumo un poco más elevado de lo que es el asado. Pero, en general, la caída de venta del asado llega hasta el 50% menos, comparado con lo que se vendía el año pasado”.
El consumo de asado quedó solamente para el placer de reuniones puntuales o fechas muy especiales, siendo que antes formaba parte de la cultura casi habitual. Hoy se reemplaza por otras cosas que pueden ser asadas, como cortes de cerdo o pollo, o directamente nada, lamentablemente”, consideró.
Faena y cuidados
En relación al trabajo con los proveedores, remarcó que “los frigoríficos si no faenan se funden. Lo atípico es que la carne no se puede guardar, la media res dura de 7 a 10 días, y si no se vendió se pudrió. Entonces hay mucha cautela de los frigoríficos que venden al mercado interno, porque normalmente la comercialización es carne fresca, no es carne procesada porque eso aumenta los costos. Hoy poner una nalga en caja o una bolsa, vale casi $300 más y eso hay que cargar al precio de la nalga”.
“Si cortamos la media res para envasarla y guardarla en la cámara, después hay que agregar un 20% al precio que se vende al mostrador. Entonces si cuesta vender al precio que se tiene ahora, más difícil será si hay que agregar ese valor”, apuntó el empresario.
El camino hacia la unificación
Consultado sobre las modificaciones en los precios de la carne que llega al consumidor, Motte indicó que “lo normal es que haya más subas para las fiestas de fin de año”.
“Un ternero la semana pasada estaba $240 para engorde, hoy superó la barrera de los $300”, ejemplificó y completó: “Hay un faltante muy grande de ternero porque se mataron vientres. Hoy para engorde hay un faltante de terneros muy importante que son los que tendrían que ir saliendo en diciembre, y como no habrá seguramente se dará una suba de precios”.
Sin embargo, expresó: “La suba de precios sustancial se da en los cortes de fiestas. Lo que se faena en diciembre, es lo mismo que se faena en octubre o noviembre, pero si uno pide mucho asado entonces lo otro hay que ofrecer barato, y para compensar la diferencia hay que vender más caro el asado. Pero esto es algo que se repite todos los años”.
Cabe recordar que en las diferentes carnicerías y supermercados de Posadas los precios actuales varían para la costilla y el vacío que van desde los $798 hasta $849 por kilo; la aguja de $503 a $629; falda de $490 a $569; tapa de asado entre los $599 hasta $684; chuleta de $636 a $770; carne molida entre $658 y $699; chorizo de $610 a $690; milanesa desde $690 a $759; la paleta se consigue por $629; el cuadril con hueso por $789; peceto a $975; y lomito $998. Mientras que el pollo por kilo vale $269; las patas con muslo se venden a $365 y la pechuga de pollo a $415.