Argentina luchó y peleó, pero Portugal aprovechó los errores argentinos, en especial la inexplicable expulsión de Cristian Borruto para llevarse la final y ser campeones por primera vez, venciendo a los dirigidos por Matías Lucuix por 2 a 1 con un doblete de Pany.
Los primeros minutos de la final fueron para medir fuerzas. Tanto el actual campeón del mundo como los de Europa se tanteaban, donde Portugal tuvo la pelota y Argentina intentaba aprovechar cada pifia lusa para inquietar al arco de Bebe.
A pesar de la posesión europea, fueron los sudamericanos que tuvieron las mejores chances, en especial en un remate de Santi Basile que dio en el poste izquierdo del arco portugués. Argentina supo manejar el ritmo del partido, más allá de la posesión de su rival.
Pero el quiebre vendría a siete del final de la etapa inicial: Borruto le pegó un puñetazo en el estómago a Ricardinho, el VAR lo revisó y el goleador histórico de la Argentina en mundiales se iba expulsado, dejando al equipo con uno menos por 2 minutos.
Y cuando Argentina parecía controlar la arremetida de Portugal, una gran apilada de Pany tras asistencia de Tiago Brito terminaba en un remate cruzado que se clavaba en el arco de Nico Sarmiento, que nada pudo hacer. La expulsión le costaba carísimo a la Albiceleste, que hizo un buen primer tiempo pero la inferioridad numérica le costó estar en desventaja en el marcador.
Erick tuvo una clarísima para Portugal en el arranque de la segunda etapa, evadiendo a dos jugadores y finalizó pinchándola por encima de Sarmiento, el travesaño impidió el 2-0 de un Portugal aplomado, que esperó y especuló con la desesperación argentina por el empate.
Portugal iba a encontrar el 2-0, con un corner de Ricardinho, un zapatazo de Pany para convertir su doblete. Pero de inmediato llegó la respuesta argentina, con una extraordinaria apilada de Ángel Claudino que rompió el molde del partido con un golazo de antología, para que la Albiceleste siga viva.
De ahí en más, se vio el mejor momento de Argentina, donde Edelstein tuvo el gol tras un rebote que dio Bebé al remate de Rescia. Su remate salió desviado cuando tenía el arco a su disposición.
Ya en los últimos minutos, ambos tuvieron sus chances de convertir otro gol. A falta de 3′, Argentina insistió con el arquero jugador y hasta reclamó un supuesto penal de João Matos que el VAR revisó y desestimó. Finalmente, en la última, Santi Basile estrelló su remate en el poste, lo que pudo ser para el tiempo extra y no fue.
Final del sueño, donde Argentina peleó, luchó hasta el final con el corazón en la boca, pero no pudo ante los campeones europeos que reclaman su primer título del mundo. La Argentina sigue siendo de la elite y no quitará otro mundial inolvidable para los dirigidos para Matías Lucuix, que quedó a las puertas del bicampeonato.
Fuente: argentina.as.com