Una de las curiosidades de esta elección es que el oficialismo haya subido a la campaña a su ministro de Economía. En todas las encuestas que circulan en el ámbito político se señala a la economía como una de las principales preocupaciones (junto a la inseguridad) de la población.
Entonces, ¿por qué el Gobierno hace campaña con lo que debería ser un flanco débil? Parte de esa explicación está en que Martín Guzmán (y el resto del elenco oficial como también la oposición) hablan del “pasado”, que es lo mismo que decir que se echan culpas de un lado y del otro. Pero más allá de las chicanas políticas, ¿llega tan mal la economía como en otras elecciones?
Un trabajo de Facimex Valores dice que las variables que inciden en el voto llegan en niveles deprimidos en comparación con las últimas cinco elecciones, especialmente el empleo y los salarios reales.
Pero otras variables que reflejan los fundamentos macro, como la posición fiscal o la cuenta corriente, llegan mejor que en elecciones anteriores. “Generalmente, en años electorales las variables que perciben las familias llegan mejor que los fundamentos, pero esta vez eso no pasa”, acotan.
Indicadores de la crisis total
Yendo a los números, según este informe, se destaca lo siguiente. En lo que respecta a las variables que tienen más peso a la hora del voto (consideradas de incidencia en el humor social), el oficialismo es netamente perdedor:
1. El Producto Bruto Interno (PBI) per cápita está en torno a 14.500 dólares, el más bajo de la última década al momento de votar. El pico fue en la elección del 2011 cuando era de 17.226.
2. En términos de empleo privado también se llega en el peor momento de los últimos diez años. Está en 5,8 millones, peor incluso que antes de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 2019.
El mejor año electoral en términos de empleo fue el 2015 cuando había 6,26 millones de personas registradas en el sector privado.
3. Tampoco se llega bien en términos de salarios privado registrado: el promedio (en pesos constantes a agosto de este año) se ubica en 94.000 pesos. Es también el más bajo en la última década.
4. El índice de Confianza del consumidor también llega en el fondo de la tabla.
Este indicador está en 39,8 y es otra muestra del pesimismo del sector privado (arriba de 50 es considerado optimista).
En las últimas cinco elecciones previas a las de este año, este índice siempre marcó registros más altos.
Incluso, la confianza del consumidor en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias 2019 eran más altas que ahora.
5. El único ítem en donde este año no se llega peor que en la última década es en términos de inflación, pero por poco.
En 2011 la gente fue a votar con una inflación anualizada del 23,5%, en 2013 del 22,8%, en 2015 era el 23%, en 2017 era 22% y en 2019 54,4%.
Este año, según Facimex, se irá a votar con una tasa de inflación del 51,7%.
Brecha y reservas tampoco ayudan
Entre las variables macroeconómicas tampoco el Gobierno tiene demasiados números positivos para mostrar, según el trabajo de Facimex Valores.
Por ejemplo, la brecha cambiaria, tomando el implícito en los ADRs (papeles argentinos que cotizan en el exterior) está en 83%, récord de todas las últimas elecciones.
Lo peor antes de este año en términos de la distancia entre el dólar oficial y el que surge del arbitraje de activos financieros había sido en 2013 cuando llegó a ser del 58%.
Lo más bajo, exceptuando los comicios del 2017 y 2019 cuando no existía la brecha (era cero) por la unificación del mercado de cambios, fue en 2011 cuando se fue a votar con una brecha del 12%.
En términos de reservas internacionales, el Frente de Todos no llega en el peor momento de los últimos diez años, pero no está muy lejos: se ubican en 11.993 millones de dólares netas de encajes, swaps y repos. Lo peor fue, precisamente, en el 2015 cuando asumió el macrismo (eran de 5.155 millones de dólares).
Antes de las PASO del 2019 estaban en mejores condiciones que ahora (22.000 millones de dólares) y el pico fue en 2011 cuando alcanzaron los 39.000 millones de dólares.
En otros ítems, como el resultado fiscal (que no inciden en el voto) tampoco será el peor de la muestra pero, curiosamente, es sólo superado (en lo malo) por cómo se llegaba a las elecciones de 2015 (herencia del último año de CFK).
Por eso, el Frente de Todos logra esquivar el peor registro de la década al momento de ir a votar en términos fiscales, de reservas, por la mala performance del gobierno de la actual vicepresidenta.