Cómo es ser mascota de Sandra De Marchi y de su niña Maia, ambas mujeres llenas de una energía arrolladora, de mucha fuerza, de casi constante movimiento y también de calma, meditación y yoga. Allí está ella, Bianca, la caniche que medita y unifica acompañando a Sandra.
Cuando toca ser la mascota “de” Bianca, “la de las patitas blancas”, la llaman Sandra y su hija Maia. “Se la regalé a Maia en su cumple de 11 años. Maia la eligió. Una de mis alumnas tenía una pareja de caniches y su perra tuvo cachorros”, cuenta Sandra recordando aquel momento.
“La fui a buscar a Maia a la escuela y la llevé de sorpresa a conocerlos. Llegamos y me preguntó: ‘¿puedo elegir una?’, ‘Sí mi amor’. Y me dijo: ‘se va a llamar Bianca’. La de las patitas blancas”. El nombre lo decidió sin saber que la mamá caniche también se llama Bianca, después mi alumna me contó. Y es la perrita más dulce, amorosa y buena del mundo”, la define Sandra con mucho amor.
También contó que Bianca es súper inteligente y al único lugar que asiste es al spa de Vanesa Daram, “Por amor a Mora” donde le hacen masajes, baños de chocolate, ella la ama a la ‘tía Vane’. Es una perrita súper amorosa, súper noble, es lo más noble que tenemos, es nuestra familia, muy protectora, es como una mamá porque tenemos también 4 gatas y un gatito, y ella está pendiente de todos, los cuida y está atenta”.
Como Bianca es la mascota de Maia duerme con ella en la cama y “cuando Maia se va de pijamada ella se queda triste y la extraña, se queda en el portón esperándola”, cuenta su mamá Sandra.
Como es parte de la familia Bianca asumió el rol de guardiana, está pendiente del portón y si alguien se acerca ladra anunciando esa presencia. Quizás su instinto animal la lleva a desestresarse aprovechando para sumarse a las actividades de Sandra, “cuando hago yoga o unifico en jardín siempre viene conmigo”.