Uno de los dos presuntos autores de la balacera que acabó con la vida de Cristian Andrés “Casimiro” Sotelo (41) durante la madrugada del domingo 13 de junio a menos de cincuenta metros de la comisaría Decimoprimera (UR-X) del barrio A3-2, fue ubicado este viernes y detenido de inmediato por efectivos de la Dirección Homicidios de la Policía provincial.
Conocido como “Cafú” en la zona, el joven de 27 años fue interceptado en pleno barrio Ñu Porá de Garupá por pesquisas de civil que le seguían el rastro.
Tal como lo adelantó PRIMERA EDICIÓN, la orden de aprehender a este sospechoso está acompañada por la misma medida solicitada por el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, y apunta a un muchacho más, conocido y señalado por vecinos de A3-2 como “Pitoka”, presunto autor y tirador principal junto al ya detenido “El Garrafero” (29).
El domingo 13 de junio a las 6.30, “Casimiro” Sotelo murió de un disparo en el pecho que partió de una de las pistolas que blandían varios hombres que se bajaron de camionetas y comenzaron a disparar hacia la vivienda familiar.

Sotelo estaba en el domicilio junto a su sobrino y tres amigos, dos de los cuales también resultaron baleados en el tórax. Los tiradores se dieron a la fuga en los mismos vehículos que llegaron.
Los primeros datos de los investigadores de la Unidad Regional X y la Dirección Homicidios permitieron reconstruir los momentos previos al desenlace sangriento.
Según trascendió, minutos antes un sobrino de Cristian Sotelo y respectivos amigos ingresaron a la vivienda en el mismo complejo habitacional de la zona sur de Posadas donde se desarrollaba una fiesta clandestina (a cien metros del edificio de la Dirección General de Seguridad de la Policía) que fue organizada por conocidos de “Pitoka” y “El Garrafero”.
Allí adentro se desató una pelea, que siguió en la calle pero que macabramente acabó con disparos de bala frente a la casa de “Casimiro”, quien habría intentado frenar el ataque.
De acuerdo a lo que declaró en su momento un sobreviviente del ataque, “El Garrafero” y “Pitoka” estaban al frente del grupo que disparó a quemarropa a Sotelo.
Este testigo de 22 años fue alcanzado por los impactos de bala, estuvo varios días internado en el Hospital Ramón Madariaga. Apenas estuvo en condiciones de relatar su versión se convirtió en un testigo clave para el expediente.
El juez Balor dispuso durante las últimas horas la excarcelación de uno de los cinco detenidos que tenía la causa antes de ordenar las dos nuevas aprehensiones. Fue beneficiado con la liberación pero seguirá supeditado a la investigación.
Según fuentes consultadas por este Diario, una vez que sea atrapado “Pitoka” e indagado al igual que “Cafú”, se resolverían las prisiones preventivas para los sospechosos con los roles provisorios que habrían cumplido en el ataque a balazos al entrenador de fútbol infantil en el complejo habitacional A3-2.