Comenzó a regir en Misiones la modificación en los protocolos para eventos sociales y deportivos que estableció el Comité de Crisis ante la pandemia de COVID-19. Sin dudas, la autorización para el regreso de salones de fiestas, las reuniones de cumpleaños de 15, casamientos y otros eventos sociales permitirá a los misioneros que seguían sin poder trabajar, el regreso al mercado.
A su vez, en el ámbito deportivo, se permiten desde ayer las competencias en la gran mayoría de las disciplinas pero todavía sin público en las plateas. En ambos casos, con la presentación del Pasaporte Sanitario que exige al menos una dosis de vacuna contra el COVID para organizadores y asistentes.
Sin lugar a dudas, la determinación gubernamental resulta un verdadero desafío de implementación cuando la Argentina comienza a ver el avance de la variante Delta.
Es por esta razón, para no tener que volver un paso o más atrás, actuar con la mayor responsabilidad social cuando se organizan o se participa de los diferentes eventos que quedaron permitidos, siempre en el marco que los 77 intendentes fijen para ello.
Porque el distanciamiento, el lavado de manos, el uso del alcohol en gel y muy especialmente la vacunación, deberán seguir siendo el “norte” de este complejo tiempo sanitario y epidemiológico. No se debe confundir el misionero que -por las flexibilizaciones-la pandemia ha terminado. A pesar que un grupo de ciudadanos actúe constantemente en ese sentido que nos afecta a todos.
Si se logra mantener o bajar los índices de contagios, se podrán ir sumando más permisos para agregar personas a los aforos en locales gastronómicos y nocturno; o la presencia de hinchas de competidores en el ámbito deportivo. Pero lo que no se deben sumar en adelante, son personas a las unidades de cuidados críticos por el COVID. Será un indicio que aprendimos a convivir con este virus que nos ha cambiado la vida cotidiana, afectándonos de todas las maneras posibles.