Tras una evaluación que realizó la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), se advirtió que el patrimonio mundial Parque Nacional Iguazú (PNI) está amenazado. Esto enciende una alarma y obliga que Argentina y Brasil piensen en políticas que mermen los impactos negativos en dicha área.
Sobre el tema, el presidente de la Asociación Amigos de los Parques Nacionales, Norberto Ovando, expuso en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones que “el patrimonio de Iguazú es una de las joyas argentinas y a nivel mundial por sus características de la biología, paisajística y turística. Pero, surgieron algunas preocupaciones y nos gustaría tratar de salvar entre todos porque no es sólo un problema gubernamental sino que es de todos los argentinos”.
En el informe se esbozaron cuatro calificaciones sobre los parques donde se evalúan las amenazas actuales y las potenciales; los aspectos críticos de la protección y la gestión, entre otros puntos.
Las calificaciones se separan en buena, buena con cierta preocupación, alta preocupación, que es donde se ubica el PNI. Las áreas que se posicionan en este punto se debe a que “los valores del sitio están amenazados o muestran signos de deterioro; por lo cual es necesario aplicar medidas de conservación adicionales para mantener o restaurar los valores de medio a largo plazo”. En tanto, por último se encuentra la calificación crítica.
Ovando dijo que “en nuestro país todavía no hay ninguno en la calificación crítica, pero si no trabajamos Iguazú podría bajar a ese escalón y eso es altamente preocupante”.
Deslizó que “en la calificación se indicó que la protección y el manejo del PNI es efectiva (buena) dentro de sus límites. También se afirmó que el plan de manejo del parque es una herramienta útil para orientar la protección”.
En cuanto a la parte negativa, expresó que “los impactos de las amenazas se originan fuera del área, incluyendo el aislamiento biológico debido a la agricultura, el pastoreo, los caminos y las represas río arriba”.
Agregó además que “hay cuatro puntos que la UNESCO está cuestionando. La degradación del hábitat a lo largo del límite este del parque y los posibles cambios de hábitat causados por el cambio climático. Estos continúan siendo las principales amenazas para el patrimonio mundial”, pero también figuran “la presión política y económica para tratar de asfaltar la ruta nacional 101 que corre dentro del sitio y que generaría un impacto negativo en la conservación y la posibilidad de ampliar la operación del aeropuerto a 24 horas del día, lo que es una nueva amenaza potencial para la vida silvestre. Son factores externos que la UNESCO determina para el área. Además, están los impactos de las amenazas que se originan fuera del sitio, incluido el aislamiento biológico, uno de los graves problemas; y las represas río arriba que son consideradas negativas”.
Ovando también manifestó que en la investigación se puntualizó sobre “la modificación de la cantidad de agua que entra y el impacto que esto produce en la fauna acuática y en el flujo del agua. Esto está enfatizado como un punto extremadamente negativo”.
Riesgos y acciones
En consecuencia, Ovando sostiene que “el riesgo está en que no se tomen las medidas correspondientes en la parte política. Es decir, trabajar en conjunto y llevar adelante un manejo más perfeccionado en el parque”.
Aseguró que “se cuestiona la capacidad de carga que puede entrar al parque. No están aplaudiendo que ingresen 1,5 millones de personas a Cataratas”.
“Lo importante es que tanto Brasil como Argentina se pongan de acuerdo para bajar los impactos que producen sobre todo las represas y el cambio de flujo del río. Además de no seguir con la tala de árboles y metiendo ganado”, especificó el profesional.
En tanto, sostuvo que el informe detalló que “no se puede dejar a la fauna encerrada en un lugar sino que tiene que existir un corredor biológico”.
Mencionó que “en el caso de Misiones hay otras áreas al lado del parque que habría que hacer una conexión mayor y llevar adelante un trabajo en conjunto entre la Provincia y la Nación, es decir que se desarrolle un mejoramiento en la custodia de esta áreas para que la fauna tenga un flujo de recorrido y un intercambio genético”.
Por último, el presidente de Asociación Amigos de los Parques Nacionales, apuntó que “hay tiempo (de modificar esto) si se pone buena onda. Se deberían desarrollar reuniones de trabajo y dejar de pensar en una forma particular; y que se vea ese trabajo positivo”.