El etiquetado frontal viene generando controversias entre industriales y legisladores del ámbito nacional, pero no es visto en Misiones como una “ley negativa”. Al menos así coincidieron algunos sectores vinculados a la producción de azúcar y también a Defensa del Consumidor.
El martes de la semana pasada, la Cámara de Diputados de la Nación dictaminó a favor del proyecto de Ley de Alimentación Saludable, el paso previo para su tratamiento en el recinto. El despacho incluye el “etiquetado frontal”, que cuenta con media sanción del Senado y con el consenso de la oposición y el oficialismo.
“Según la información nutricional, habrá algunos productos que van a llevar una suerte de alarmas (octógonos negros) en relación a la cantidad de grasa, azúcar y sal, de tal manera que el consumidor pueda visualizar a simple vista sin tener que buscar el informe de la composición, que es de difícil comprensión y lectura”, detalló a PRIMERA EDICIÓN el titular de la oficina de Defensa del Consumidor, Alejandro Garzón Maceda.
La sanción de esta iniciativa es clave para combatir una de las tres causas de la mortalidad como es la obesidad, que en la Argentina afecta a cuatro de cada diez menores y en especial a adolescentes, y siete de cada diez adultos, según coinciden especialistas y legisladores oficialistas y opositores.
“El objetivo es que el consumidor no tenga que andar haciendo una evaluación, a sabiendas del desconocimiento, de lo que es la composición nutricional que hoy es un cuadrito con porcentajes, y que permita que cualquiera lo pueda visualizar y entender”, expresó Garzón Maceda.
A la pregunta sobre si Argentina puede aplicar una regulación de rotulación nutricional diferente a la dispuesta en el Mercosur, la respuesta fue afirmativa. Los tratados comerciales, como los de la Organización Mundial del Comercio y el Mercosur, permiten a los Estados legislar de manera autónoma siempre que posean como objetivo resguardar la salud y vida de sus habitantes.
Sobre la controversia al respecto de las quejas de los industriales sobre el nuevo sellado, Maceda sostuvo que las críticas no tienen sustento: “Si un producto de Brasil quiere entrar a la Argentina va a tener que poner el sellado si quiere venderlo, porque así lo establece el Código Alimentario Argentino. Cuando no lo tienen, nuestras oficinas secuestran la mercadería, ordenamos la destrucción y multamos al importador por vender algo que no está aprobado. No hay competencia o falta de ella posible en el Mercosur”, enfatizó.
Y aclaró: “Si es producto argentino y es para exportar, no lo ponen porque no hay exigencia en el otro país para que lo tenga”.
Costos y comercialización
En cuanto al factor costos y posible impacto en las ventas, el defensor de los consumidores aseguró que “si la ley sale, no será de aplicación inmediata porque las empresas tienen que modificar los reglamentos de acuerdo a la nueva ley en todo el embalaje porque la etiqueta tiene que estar impresa en el paquete”.
Mario Machado, productor cañero de la cuenca de El Soberbio, en tanto, se mostró conforme con la ley porque “la gente no va a dejar de consumir y tampoco la ley causará algún impacto en la demanda. Lo que sí causará es que nos hará gastar más en paquetería”.
“Ya venimos impulsando con mucha dificultad la puesta en el mercado de algunos productos, donde ya están informados los valores nutricionales. Nosotros producimos azúcar rubio, que como se sabe es sano y beneficioso para la salud. El conflicto estará en las industrias de azúcar blanca”, apuntó el productor.
“Más trámites de etiquetas para nosotros significa más plata a gastar en el proceso, de todas maneras no veo nada mal informar; lo que sí la cadena industrial de azúcar blanca comenzará a poner trabas para que su producto no baje las ventas”, se explayó.
Con amplio consenso
El dictamen de mayoría, que respalda la media sanción del Senado cuenta con el respaldo de la mayoría del bloque del Frente de Todos, de gran parte del interbloque Juntos por el Cambio y de algunos representantes de bloques minoritarios. Antes de su aprobación en la Cámara de Senadores se habían presentado cuatro proyectos con idéntica iniciativa.