Todos buscamos ser parte de algo, pertenecer, ser reconocidos, escuchados, siempre está el deseo latente de querer ser elegidos y por sobre todo queridos. Cuando eso no ocurre nos sentimos tristes, nuestra vibración baja e inconscientemente muchas veces dejamos de valorarnos. ¿Qué se puede hacer en casos así? y ¿cómo resolverlos con los colores?
El color que habla de nosotros, que dice quien estamos siendo en este momento es el amarillo, ese color que es pura luz con el cual vinimos a brillar y a iluminar a otros. Hace poco leí un cartelito que decía: “Sé el faro en la tempestad del otro”, a lo que le agregaría: sé también la luz para iluminarte en tus días oscuros. Es importante conocer y descubrir nuestro potencial para ponernos bien, para volver a brillar y desde ahí poder ayudar a otros. Les comparto una técnica que a mí me sirvió mucho.
Ejercicio: encuentra un lugar cómodo, si puedes ponerte algo de color amarillo mejor, prende una vela y mira fijamente la luz que desprende. Haz tres respiraciones profundas poniendo toda tu atención en la vela, luego de las respiraciones, cierra los ojos con la imagen de la luz que emana de la vela y comienza a visualizar cómo esta luz se une al punto que está en el medio de tus ojos (sexto chakra o tercer ojo) y se va expandiendo por todo tu cuerpo haciéndose cada vez más fuerte. Visualiza cómo está tu tercer chakra o plexo solar, situado dos dedos arriba del ombligo, en ese punto la luz es más brillante y se sigue haciendo más fuerte. Ahora envuélvete con esa luz con el color amarillo y siente cómo brillas, siente todo lo que estás siendo en este momento, libérate de toda duda y repite: “soy luz, soy amor, soy agradecimiento, soy paz”. Para finalizar vuelve despacio, a tu tiempo y disfruta más que nunca de ti mismo.
Espero que esté ejercicio te ayude a volver a conectarte con tu ser más profundo, con tu verdadero yo. Espero comentarios o saber cómo les fue con este ejercicio.
Gracias gracias gracias y a brillar en amarillo.