Ya recuperado, después de catorce días de tratamiento luego de haber dado positivo para COVID-19, regresó a su puesto de trabajo el ministro de Salud Pública, Oscar Alarcón. “El lunes empecé lentamente y hoy (por el martes) ya hice jornada completa”, confirmó el funcionario a PRIMERA EDICIÓN.
Con siete kilos menos y aún en terapia de rehabilitación kinesiológica, aseguró que se siente muy bien pero admitió que sintió miedo, sobre todos los primeros días. “Después de mi experiencia reivindico aún más la importancia de la vacunación. En mi caso, que tengo una cardiopatía y un cardiodesfribilador desde hace seis años, marcó una gran diferencia”, aseveró y señaló que están elaborando estrategias para lograr una mayor adherencia a la vacunación.
“Esto enseña lo que es importante”
Este médico pediatra, que hizo la residencia y compartió numerosas guardias con el actual gobernador Oscar Herrera Ahuad, confió que el temor a no superar la enfermedad le hizo ver la vida de otra manera. “Esto te enseña, y mucho, lo que es importante y lo que nos tiene que preocupar. Los afectos y la familia tienen que estar primeros. En estos momentos uno ve los que están y los que no”, contó.
Admitió además que una de las cosas que más le costaron durante su internación es no saber lo que estaba pasando “no sabía cómo iba la vacunación, ni los contagios… sí supe como paciente que cuando entré había mucha ocupación de camas en el Madariaga. Me sacaron el celular para que dejara de preocuparme”, confesó.
Después de la experiencia -contó- comprendió algunas cosas: “Que nadie es imprescindible, me fue 15 días, volví y me encontré con que el Ministerio siguió funcionando. Me emocionó hasta los huesos cuando el Gobernador me dijo que eso era el resultado de lo que construí este año y medio”.
“Tenemos un RRHH impresionante”
Alarcón expresó su agradecimiento al recurso humano del Madariaga, “fue impresionante verlos en acción como paciente y aclaro que algunos ni siquiera sabían que era el ministro… como una de las kinesiólogas después de varios días de estar internado me preguntó mi nombre. Estoy profundamente agradecido con todo el equipo, desde el personal de limpieza hasta los profesionales médicos y de enfermería. Entraban muchas veces al día a la habitación para controlarme y limpiar, son los que la gente no conoce pero ponen alma y vida en los pacientes”, detalló.
“No perdí gusto ni olfato”
El ministro Alarcón contó que el 29 de junio comenzó el día con tos y cuando se controló oxígeno en sangre se encontró que tenía apenas 92. “Nunca perdí el gusto ni el olfato, pero sí me sentía cansado y sin apetito”, detalló.