“Yo, Ennio Morricone, he muerto”. Así empieza la carta escrita por el famoso compositor italiano, quien falleció a los 91 años el 6 de julio de 2020, para despedirse de sus familiares y amigos y en la que “renueva” su amor a su esposa, María.
Morricone, autor de algunas de las bandas sonoras más famosas de la historia del cine, murió víctima de complicaciones surgidas tras una caída y su posterior internación hospitalaria.
El compositor y director de orquesta italiano había nacido el 10 de diciembre de 1928 en Roma y comenzó a componer a los seis años. Fue autor de la banda sonora de más de 500 películas y series de televisión. Recibió un Óscar honorífico en 2006 y ganó el Óscar a la mejor banda sonora en 2016 por la cinta “The Hateful Eight”.
Sus composiciones se incluyen en más de veinte películas galardonadas, además de realizar también piezas sinfónicas y corales. Destacan, entre otros, sus trabajos en películas del spaghetti western, de la mano de su amigo Sergio Leone, como “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio”, “El bueno, el feo y el malo”, entre otras obras que se extendieron a multitud de géneros de composición, convirtiéndolo así en uno de los compositores más versátiles de la historia del cine y también de los más influyentes del siglo XX.
“No quiero molestar”
Este es el texto completo de la carta que escribió Ennio Morricone para ser difundida tras su fallecimiento:
Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto.
Pero un recuerdo particular es para Peppucio y Roberta, amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida.
Hay sólo una razón que me empuja a despedirme de este modo y a tener un funeral privado: no quiero molestar.
Saludo con mucho cariño a Ines, Laura, Sara, Enzo y Norbert por haber compartido conmigo y con mi familia gran parte de mi vida.
Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, Maria y Franca y sus seres queridos y hacerles saber cuánto las quise.
Un saludo lleno, intenso, profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni, mi nuera Mónica y a mis nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca.
Espero que entiendan cuánto los he amado.
Por último María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar.
A ella es mi más doloroso adiós