Poco y nada tiene que ver el tango con el cuarteto. Carlos Gardel y Rodrigo Bueno no se conocieron porque vivieron en épocas muy distintas. Pero ambos tienen un lugar muy bien ganado en el corazón de la música popular argentina. Del que ni siquiera la muerte, que los sorprendió con su cara más cruel y trágica, pudo desalojarlos.
Carlos Gardel murió en Medellín (Colombia), el 24 de junio de 1935. Había salido desde Buenos Aires el 7 de noviembre de 1933, en barco. Primero viajó a Europa y luego hacia los Estados Unidos, donde su labor no estaría tan concentrada en los escenarios sino en el cine. Más tarde, comenzó una gira por América Latina. Colombia fue uno de esos destinos. Pero lamentablemente fue mucho más que eso. Allí también encontró la muerte, cuando en el aeródromo de Medellín dos aviones chocaron en la pista de aterrizaje.
Desde el pasto crecido que obstaculizaba la visión y la responsabilidad tripartita (los dos pilotos y el banderillero) hasta una gran conspiración tramada entre compañías aéreas y un disparo dentro de la aeronave que transportaba a Gardel, las causas del accidente siempre tuvieron varias teorías. Incluso algunas verdaderamente disparatadas.
El avión trimotor Ford matrícula F-31 de la empresa Servicio Aéreo Colombiano (SACO) en el que viajaban Gardel y sus acompañantes (entre los que se hallaban Alfredo Le Pera y los guitarristas del cantante) rodó hasta la cabecera sur del aeródromo, iniciando la carrera de despegue.
Este, en un principio, fue normal, pero luego la trayectoria de la aeronave –consigna Mauro Apicella en un artículo de La Nación– tuvo un brusco desvío a la derecha, chocando con el otro avión Ford, de la empresa Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos (Scadta), denominado Manizales, que esperaba a un costado de la pista, aproximadamente a 75 metros del eje de ésta.
Al momento del impacto, los aviones se incendiaron y en ese instante murieron los tripulantes y la mayoría de los pasajeros. Hubo dos que fueron atendidos y fallecieron más tarde por las heridas. En total fueron 17 personas. En el avión donde viajaba Gardel también murieron Guillermo Barbieri, Alfredo Le Pera, José Corpas Moreno, Alfonso Azzaf, Angel Domingo Riverol, Ernesto Samper Mendoza (el piloto), el radiooperador Willis Foster, Celedonio Palacios (empresario chileno) y Henry Swartz (promotor de espectáculos).
El caso del “Potro”
Rodrigo Bueno también falleció un 24 de junio pero de 2000. También fue en un trágico accidente, pero automovilístico. Sucedió en la Autopista Buenos Aires-La Plata, un hecho e el que a su vez perdió la vida Fernando Olmedo, hijo del cómico Alberto Olmedo.
La noche del 23 de junio de 2000, “El Potro” estaba cenando en un restaurante junto a sus colaboradores, su pareja y su pequeño hijo Ramiro. Allí también estaba Fernando Olmedo, a quien invitó a que lo acompañara a los shows que debía brindar durante la madrugada del 24 de junio.
A la altura de la localidad de Berazategui, la camioneta que el músico conducía rozó a otro vehículo y perdió el control del automotor, se estrelló contra una barra de contención y, debido al impacto, Rodrigo salió despedido y quedó tendido en medio de la autopista, donde fallecería.
En la camioneta de Rodrigo también viajaban su hijo Ramiro, Patricia Pacheco, la madre del nene, Fernando Olmedo (hijo de Alberto Olmedo), Jorge Moreno y el locutor Alberto Pereyra. De todos los pasajeros, perdieron la vida solo Olmedo y El Potro (que por ese entonces tenía sólo 27 años).
A tener en cuenta
Gardel y Rodrigo son los máximos exponentes de dos géneros musicales que tienen estatus de Patrimonio Cultural. El Morocho del Abasto fue cantante, compositor y actor de cine, y es el representante del tango a nivel nacional e internacional. El tango fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2009 por la UNESCO.
El Potro cordobés, también cantante y compositor, es el representante del cuarteto, un género musical característico y original de la identidad cordobesa, que fue declarado Patrimonio Cultural de Córdoba en 2013 al cumplir 70 años de trayectoria.
Fuente: entrelineas.info