El joven conocido como “El Garrafero”, uno de los principales sospechosos de disparar y matar a Cristian Andrés Sotelo (41) se desvinculó ayer del crimen durante la indagatoria ante el juez de Instrucción 6 de esta capital, Ricardo Walter Balor.
No obstante fue imputado en forma preventiva por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y lesiones graves”, por lo que seguirá tras las rejas hasta que se resuelva su situación procesal, precisaron las fuentes.
Hubo al menos tres detenidos bajo sospecha de formar parte del grupo que atacó a Sotelo, a su sobrino y a otros dos amigos ese mismo día, sin embargo los investigadores policiales sindicaron como presuntos tiradores a “El garrafero” y a otro individuo conocido como “Pitoca”.
El primero se entregó voluntariamente ante la policía el pasado martes, en tanto que persiste la búsqueda de su supuesto cómplice.
La versión del acusado
Voceros del caso confiaron que “El Garrafero” habría relatado sus actividades durante el día del hecho, admitiendo que estuvo en una fiesta que se realizó en una propiedad que le pertenece en el barrio A3-2, y que le había prestado a un conocido cuyo apodo es “Belco” para el evento. En determinado momento irrumpió al lugar un grupo de unos diez encapuchados.
Los intrusos agredieron a varios de los presentes con botellas y palos y luego se dieron a la fuga, según habría relatado el sospechoso ante el magistrado.
Luego él mismo le dijo a los invitados que debían retirarse porque esos individuos podían regresar, por lo que se fueron del lugar y en su caso, llevó a su primo a su domicilio, a bordo de una camioneta Toyota Hilux SW4 que le pertenece, siempre de acuerdo a lo que habría declarado.
Seguidamente habría agregado que al llegar a lo de su familiar, notó que tenía un neumático pinchado, decidiendo dejar el vehículo en el lugar y marcharse a su domicilio, ubicado en otra zona de la ciudad. Para poder ir a su casa llamó a su hermano y éste lo fue a buscar.
Cuando le consultaron sobre su relación o trato con Sotelo, es decir la víctima fatal, el ahora imputado dijo que no lo conocía y tampoco a su familia, no había visto antes a las víctimas e incluso no es del barrio.
Acerca del casquillo de bala calibre 38 hallado en su camioneta afirmó que “ya estaba allí cuando adquirió el vehículo y que decidió dejarlo, que nunca tuvo o disparó un arma de fuego”.
Anoche además y tras ser notificado de la imputación, se le hizo saber a la defensa de “El Garrafero” que el guantelete de parafina para determinar si manipuló algún arma de fuego, dio resultado negativo.
Fuentes de la investigación revelaron que ayer también fue indagado e imputado por el mismo delito otro de los acusados, conocido como “Belco”, quien también se desligó y seguirá detenido.
Ejecución callejera
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN, el pasado domingo a las 6.30 Cristian Sotelo, quien era conocido en el barrio como “Casimiro”, fue prácticamente ejecutado de un tiro en el pecho. También resultaron heridos con arma de fuego un sobrino del mismo y otro joven que lo acompañaba.
Un tercero sufrió lesiones y zafó de milagro de no ser baleado, teniendo en cuenta que los agresores, según supo la policía por testigos, abrieron fuego desde al menos tres vehículos y en más de 20 ocasiones (dato que surgió de la cantidad de casquillos de bala hallados en la escena).
Luego de la autopsia extrajeron un proyectil 9 mm del corazón de la víctima fatal. En la fría noche del pasado miércoles más de 300 personas se manifestaron en el barrio A3-2 en pedido de Justicia por Cristian Sotelo.