En los primeros días de junio de 2001, la Policía de Misiones detenía a dos hombres acusados de dedicarse al hurto de caballos con la finalidad de venderlos para la fabricación de mortadela.
Fue a raíz de un operativo en el que se logró recuperar cinco equinos sustraídos a un agricultor de la colonia Barrio Rural de Apóstoles. Los animales eran transportados en un camión con semirremolque, en un lote junto a otras 27 cabezas.
Las investigaciones posibilitaron determinar que un frigorífico de la ciudad correntina de Santo Tomé adquiría los caballos a razón de 50 pesos cada uno.
Se supone que las personas detenidas sustraían los animales en grupos pequeños y los trasladaban a un lugar clandestino. Allí los mantenían hasta reunir una partida de unos 30, luego los llevaban al frigorífico referido donde los vendían para la fabricación de mortadela.
Según fuentes cercanas a la investigación, los hurtos comenzaron unos tres meses antes. La primera vez se produjo la sustracción de cinco equinos. Después el ambiente se calmó, hasta que el 25 de mayo un colono de 71 años denunció la desaparición de cinco animales, tres machos y dos hembras, que estaban en un potrero de su propiedad en el Lote 61 de Apóstoles.
En el procedimiento del miércoles 6 de junio de 2001, fueron recuperados a la altura de Paraje Cuay, sobre la ruta nacional 14, cuando eran transportados para ser sacrificados. Se cree que los otros 27 equinos también fueron sustraídos.
Un hombre domiciliado en la ciudad entrerriana de Basavilbaso y un comerciante de Concepción de la Sierra fueron los detenidos por el hecho.