Nikolái Aleksándrovich Románov nació en San Petersburgo (Rusia) el 18 de mayo de 1868. Una semana después de su 28° cumpleaños, el 26 de mayo de 1896, llegó al trono tras la muerte de su padre, quien no creía en las aptitudes de su hijo por su desconocimiento de un imperio demasiado grande (23 millones de kilómetros
cuadrados) y con muchos intereses.
De hecho, tras su coronación, el propio Nicolás fue muy sincero con las personas más cercanas a la corte y les anunció que no se sentía preparado para ocupar el cargo y que ni siquiera quería ser Zar. Debido a esto, en sus primeros años debió soportar la manipulación de sus propios tíos.
Bajo su mandato se extendió la influencia de Rusia en Asia, chocando con las pretensiones de los países occidentales. Tras la derrota ante Japón, fue perdiendo poder desde 1905 hasta que en 1917 fue derrocado por la revolución bolchevique.
El 17 de julio del año siguiente fue ejecutado junto a toda su familia, hecho que se convirtió en el más recordado y popularizado de su trayectoria como Zar de Rusia.