El sospechoso de abusar sexualmente de su hijastra fue detenido en Garupá y además del ultraje la policía investiga las circunstancias en las que se concretó el aborto porque la menor quedó embarazada. Ayer se presentó frente al juez de Instrucción 3 de Posadas y se abstuvo de declarar, y de acuerdo a fuentes consultadas, permanecerá en prisión.
El hombre de 55 años es investigado por un delito contra la integridad que tuvo como presunta víctima a la hija de su pareja, una niña de 12 años. El sospechoso fue detenido el jueves tras intensos operativos realizados por investigadores policiales en Posadas y en Garupá.
Ayer, en el Juzgado de Instrucción 3 de la capital misionera, ubicado sobre calle Buenos Aires casi Santa Fe, lo esperaba el magistrado Fernando Verón para someterlo a la audiencia indagatoria. Finalmente el acusado decidió guardar silencio y en esas circunstancias, se supo que seguirá privado de su libertad.
En principio sería acusado del delito de “abuso sexual agravado” de su hijastra de 12 años quien habría sido obligada a abortar clandestinamente y, se presume, con el consentimiento de la progenitora de la víctima, quien en las próximas horas podría enfrentar una acusación como “encubrimiento”.
El sospechoso con domicilio en el barrio Rocamora, fue atrapado en el acceso al casco urbano de Garupá cerca del mediodía del jueves gracias a un operativo con policías de civil apostados en lugares estratégicos, ya que el presunto abusador intentaba esconderse o escapar de la zona. La denuncia fue presentada ante la fiscal de Instrucción 3, Bibiana Herbociani.
Justamente la fiscal fue quien acompañó el pedido de aprehensión emitido por Verón pero también avanza en los análisis para determinar la participación de la madre de la niña. No se descarta que sea detenida durante las próximas horas o al menos notificada de la imputación en el hecho.
El denunciante es el padre (48) biológico de la víctima y habría recurrido a la Justicia apenas la menor le confesó lo que acarrea de padecimiento.
La notó semanas atrás en mal estado psicológico y comenzó a sospechar con mayor preocupación cuando notó trastornos hormonales en su hija. La menor rompió en llanto y le relató lo sufrido. El progenitor de inmediato lo denunció, tanto el abuso sexual como el aborto clandestino al que la sometieron.