Una vida marcada por la solidaridad y la constante ayuda al otro, es lo que caracterizó a don Emilio Marchi (79), quien hace más de 30 años había desembarcado en Misiones. Días atrás, sus familiares y amigos tuvieron que despedirlo; y hoy lo recuerdan con mucho cariño. Además, detallaron el desafío que queda por delante para que la Asociación Jardín de los Niños, la cual fundó, siga creciendo con el pasar del tiempo.
Su sobrino Enrico Bertocco charló con PRIMERA EDICIÓN y describió los trabajos y los actos solidarios que llevó adelante don Emilio.
Recordó que “(Emilio) llegó a Misiones porque acompañó a un amigo italiano a las Cataratas. Él había conocido la provincia cuando era más joven porque acá compraba madera para la carpintería de Buenos Aires”.
Agregó que “quedó impactado por la pobreza que había en Misiones; fue entonces que le surgió la idea, principalmente de ayudar a los niños”.
Emilio Marchi nació en Buenos Aires en 1942, su padre era de origen italiano y su madre era argentina. “Tuvo una infancia difícil y marcada por las condiciones de pobreza. Pero, en la adolescencia, gracias a sus capacidades y sus iniciativas se transformó en un emprendedor y salió adelante”, rememoró el sobrino.
Con la edad -aproximada- de 17, Marchi abrió una fábrica donde se dedicaba a la soldadura y a la carpintería, entre otros rubros. “Tuvo inconvenientes con el golpe militar y quedó preso. Estuvo en la cárcel unos dos años donde padeció de torturas y en el 76 fue exiliado a Italia”, contó Bertocco.
Prosiguió: “Salió de la cárcel y de forma directa lo llevaron al aeropuerto para viajar a Italia”. Una vez que llegó al Viejo Continente fue hospedado por los familiares paternos en una ciudad cercana a Venecia; y durante su estadía se ganaba la vida como pintor; ya que era un artista.
“Desde muy joven siempre tuvo una sensibilidad hacia los demás. Justamente, el problema que tuvo con los militares fue por ayudar a una persona que era buscada por ellos. En Italia también visitaba, con una bicicleta, a las personas que vivían en la calle y les ofrecía una bebida caliente en el invierno”, sostuvo el sobrino.
“Cuando volvió la democracia a Argentina, él quiso regresar”, indicó.
Marchi había llegado a la tierra colorada con su amigo y fue cuando encaró las ayudas. “Empezó con la obra solidaria con la Asociación Jardín de los Niños”, mencionó el entrevistado.
En consecuencia, apuntó que “en el 86 estuvo en Jardín América”. En ese lugar, Marchi fundó un hogar de niños.
Ya en Posadas el timón de la solidaridad giró para el barrio San Jorge. “Acá dio vida a la Asociación Jardín de los Niños que tiene prácticamente 34 años”, indicó Bertocco.
Desafíos
Tras la partida de Marchi, el sobrino describió cuál es el desafío hacia el futuro. “Debemos seguir con esta obra y hacerla crecer; tratando de llevar adelante un trabajo que sea útil para los demás y para las personas necesitadas”.
Aseguró que “es un desafío importante, sobre todo en estas épocas que son difíciles, pero vamos a tratar de cumplir”.
“Él era un cristiano revolucionario que buscaba a Dios en las personas y en los necesitados”, cerró.