El presidente Alberto Fernández fue recibido ayer por el papa Francisco y, tal como le ocurrió al exmandatario Mauricio Macri, no logró conseguir la tan buscada sonrisa del Sumo Pontífice.
La semana pasada, antes de que el Presidente partiera rumbo a Europa, desde la Iglesia Argentina le hicieron saber a Fernández que en el Vaticano no estaban muy contentos de “tener que recibir” a la Comitiva Presidencial.
Los motivos de la disconformidad de la Santa Sede con el gobierno de Fernández son múltiples y ayer se manifestaron en las expresiones del Sumo Pontífice, que durante los 35 minutos que duró la reunión con el mandatario argentino no sonrió ni una vez.
Las expresiones del papa Francisco en las reuniones con mandatarios argentinos y el nivel de formalidad en el que se dan estos encuentros son cuestiones a las que el Vaticano les presta mucho detalle, es por eso que en la visita de Mauricio Macri también predominaron las formalidades.
Según trascendió, tanto en la Iglesia Argentina como en el Vaticano cayeron mal los últimos números publicados por el INDEC que tienen que ver con el gasto en la Seguridad Social, en donde se observa un ajuste importante que pega de lleno en los sectores más humildes y postergados.
Esos números fueron uno de los principales temas de conversación la semana pasada entre las autoridades eclesiásticas y los líderes de los movimientos sociales, donde se expresó un descontento que hicieron público los dirigentes de la CTEP, Juan Grabois, y del Movimiento Evita, Emilio Pérsico.
No fue ese el único motivo de enojo en el Vaticano: también la legalización del aborto en el país, con el primer mandatario como principal impulsor del debate, fue visto en la Santa Sede como un golpe a la autoridad de Francisco.
“Con un Papa argentino al que no le quedan tantos años de ejercicio, Argentina podría haber esperado un tiempo para aprobar este proyecto, que debilitó fuertemente la autoridad de Francisco para que Alberto Fernández tenga una promesa cumplida en su primer año de mandato”, explicó a NA un confidente de Francisco.
Por último, el Papa argentino no estaba contento con la idea de recibir la visita de un Presidente de un país que este año tendrá elecciones: aunque sean de medio término, en el Vaticano sobrevuela la idea de no recibir a dirigentes que estén en campaña electoral, una iniciativa que se levemente amenazada con este encuentro.
De esta manera, Fernández logró reunirse con Francisco, pero no consiguió la foto que esperaba: un encuentro en un clima fraternal del que se pueda extraer que el presidente argentino tiene el respaldo de la Santa Sede.
Voces oficiales
Al finalizar el encuentro, desde el Vaticano destacaron “las buenas relaciones bilaterales existentes” entre ambos líderes, y la intención de “seguir desarrollando la colaboración en sectores de interés mutuo”.
“También nos centramos en la situación del país, con especial referencia a algunos problemas como la gestión de la emergencia pandémica, la crisis económico-financiera y la lucha contra la pobreza, destacando, en este contexto, el importante aporte que la Iglesia Católica ha ofrecido y sigue asegurando”, agregaron los voceros eclesiásticos.
Desde la comitiva argentina, en tanto, señalaron que el encuentro fue distendido, y que el sumo pontífice dialogó con todos los integrantes de la delegación y que hasta fue el encargado de organizar la foto grupal que luego se distribuyó de manera oficial.
“Fue un muy lindo encuentro, hacía un tiempo que no lo veía, por lo tanto reencontrarlo fue muy grato para mí”, afirmó el propio Alberto Fernández ante la consulta de los periodistas que cubren la gira oficial por Europa.
Y continuó: “Hablamos de todos los problemas que aquejan al mundo y que aquejan a la Argentina; como siempre él con su gran predisposición para ayudarnos”.
“Le comenté lo que estábamos haciendo, cómo estábamos avanzando en las negociaciones y como siempre hace, él me expresó su idea de apoyarnos en todo lo que pueda apoyarnos”, completó.
Fernández y Francisco estuvieron a solas, y al concluir la audiencia fue el turno del saludo protocolar, la foto oficial y la entrega de obsequios.
¿Cuáles fueron los regalos entregados? Productos orgánicos de miel y de la cocina del papa Francisco de jóvenes recuperados de adicciones de los hogares de la villa 3, una medalla por el aniversario de Malvinas, una estola de la Basílica de San José de Flores y estatuilla de San José (réplica de la que está en la basílica) con una estampita de Lujan, una colección de la Divina comedia traducida y un libro biográfico de Discépolo.
Fuente: Medios Digitales