Seguras de saberse atacadas y quizás al mismo tiempo intentando tomar distancia de un sistema que ya carece de sentido, varias consultoras dejaron de participar del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que elabora el Banco Central (BCRA).
De buenas a primeras lo hicieron a raíz de las críticas que lanzó sobre sus pronósticos el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien las criticó por “generar una irreal expectativa inflacionaria, con sus alocadas proyecciones”.
Pero sutilmente la intención es correrse de un sistema que no tiene sentido frente a la escalada inflacionaria y las infructuosas maniobras gubernamentales para frenarla.
Guzmán vaticinó en 2020 que la inflación de 2021 sería de 29%. Promediando el primer cuatrimestre ya pisamos el 17% y, aún con una desaceleración, la tendencia ubica el IPC, como mínimo, en 40% a fin de año.
Si hay algo de lo que no debería hablar Guzmán hoy es de expectativas.