Carlos Timoteo Griguol, uno de los más grandes directores técnicos de la historia del fútbol argentino, falleció este jueves a los 86 años por complicaciones respiratorias. Murió en el Sanatorio Los Arcos de Buenos Aires, donde estuvo internado durante varias semanas.
La información fue confirmada minutos antes de las 8 de este jueves por Víctor Marchesini, quien trabajó en Gimnasia con Griguol y es una persona muy cercana a la familia.
“Se nos fué Timo. Gracias por todo Viejito, imposible no tenerte presente minuto a minuto. Te voy a extrañar. QEPD“, escribió el ex futbolista en su cuenta de Twitter.
Se nos fué Timo.
Gracias por todo Viejito, imposible no tenerte presente minuto a minuto.
Te voy a extrañar.
QEPD.— Víctor Marchesini (@VMarchesini6) May 6, 2021
“El Viejo”, como se lo conocía cariñosamente en el ambiente, había sido internado por una pulmonía en el Sanatorio Los Arcos del barrio porteño de Palermo. Con problemas de salud, se había alejado de la vida pública en los últimos años. Pero su huella permanece indeleble con un montón de jugadores que aprendieron a jugar y a vivir gracias a sus enseñanzas. Y con una enormidad de anécdotas que dejó desde sus épocas como futbolista hasta su esplendor como entrenador.
Un emblema del fútbol argentino
Timoteo nació en la ciudad de Las Palmas, provincia de Córdoba, el 4 de setiembre de 1934. Único varón de la familia, con dos hermanas, su padre, Carlos, había sido fundador del club “Córdoba” donde comenzó a practicar fútbol desde muy joven, al mismo tiempo que se dedicó a tareas campestres y eso fue lo que seguramente le generó siempre un afecto especial por el cuidado del césped tanto en las canchas principales como en las de entrenamiento.
Sus inicios fueron en Atlanta, donde debutó en 1957, en 1959 formó parte de la selección argentina que ganó el torneo sudamericano (hoy Copa América) de 1959 en Buenos Aires, y en 1960 consiguió el único título profesional del club al ganar la Copa Suecia, jugando como volante central junto a Norberto Desanzo y Rodolfo Carlos Betinotti, en un plantel dirigido por Victorio Spinetto, que contaba con Luis Artime y Osvaldo Zubeldía
En 1966 pasó a Rosario Central, donde jugó hasta su retiro en 1969, con 392 partidos jugados.
La carrera más grande la hizo como director técnico: debutó en el club canalla dos años después, reemplazando a Ángel Tulio Zof, y se mantuvo en el mismo en un exitoso período que fue hasta el año 1975. A ese equipo, se lo conoció como “Los Picapiedras”, debido al juego rústico -según sus críticos- pero efectivo que empleaba el equipo de Griguol.
Con los canallas rosarinos, fue también subcampeón del Metropolitano de 1974 y del Nacional de ese año. Además disputó la Copa Libertadores de 1974 y la de 1975, llegando a la instancia semifinal en esta última.
Tiene el récord de victorias seguidas como local de Central en el profesionalismo de AFA, con 10 consecutivas, logradas entre el 28 de septiembre de 1973 y el 10 de febrero de 1974.
Además, posee el récord de efectividad de Rosario Central actuando como local, ya que su equipo permaneció invicto en esa condición entre el 24 de agosto de 1973 hasta el 30 de noviembre de 1974, ganando 22 partidos y empatando solo 4 actuando en Rosario, sacando así un porcentaje del 93,5% de los puntos en disputa jugando como local.
Luego de un breve paso por los Tecos de Guadalajara y Kimberley de Mar del Plata, llegó a Ferro en 1979 donde durante ocho años escribió la historia más gloriosa del club, con varios campeonatos y subcampeonatos.
Con los verdes de Caballito obtuvo dos subcampeonatos consecutivos en 1981: en el Metropolitano de ese año peleó el torneo hasta la última fecha con el Boca de Maradona y en el Nacional cayó en la final ante el River Plate de Kempes.
Al año siguiente, en 1982, llegaría el primer título de la historia de Ferro, obteniendo de forma invicta de la mano de Griguol el Torneo Nacional de ese año, derrotando a Quilmes en la finales.
Tu legado es y será nuestra bandera. Tus valores son y serán nuestros horizontes. Tus campeonatos fueron, son y serán nuestra gloria eterna.
Tu nombre es y será leyenda.
Serás #EternoTimoteo.
Ayer, hoy y siempre 💚
1934-♾️ pic.twitter.com/eHoiAN4xcu
— Ferro Carril Oeste (@FerroOficial) May 6, 2021
Dos años más tarde, llegaría el segundo título de los de Caballito, ya que en 1984, el conjunto de Timoteo ganaría el Torneo Nacional derrotando en las finales a River Plate.
En julio de 1987 pasó a River Plate, donde obtuvo la Copa Interamericana en 1987 venciendo a la Liga Deportiva Alajuelense de Costa Rica. Sin embargo, la cantidad de figuras que tenía entre sus dirigidos y los cortocircuitos internos provocaron que abandonara la entidad millonaria en 1988.
Regresó nuevamente a Ferro Carril Oeste, donde permaneció hasta 1993, y donde desde el 10 de octubre de 2016 tiene un monumento en su homenaje en la sede del club de caballito
En 1994, tomó el cargo en Gimnasia y Esgrima La Plata, con el que consiguió tres subcampeonatos (Clausura 1995, Clausura 1996 y Apertura 1998). En el conjunto platense dirigió hasta 1999, y el club lo designó socio honorario en reconocimiento a su trabajo.
Ya sobre el final de su carrera, en 1999, llegó al Betis de España, pero luego de los malos resultado volvió a la Argentina para dirigir nuevamente a Gimnasia de La Plata en la temporada 2000/2001.
Luego tuvo un breve paso por Unión de Santa Fe en el Clausura 2002, en donde no finalizó su contrato por los malos resultados. En la temporada 2003/2004 Griguol realizó su tercera etapa en Gimnasia y Esgrima La Plata, en donde finalizó su carrera de entrenador de fútbol.
Más que un entrenador de fútbol, fue un maestro de la vida, de los que salen cada tanto, de los que se extrañan cuando ya no están.
Fuente: Medios Digitales