El río Iguazú subió medio metro con relación al domingo, cuando se produjo el abrupto descenso (de 13 metros tocó los 4,5 metros). Por ello, gracias al bombeo de la balsa, la toma secundaria pudo operar ayer lunes con mediana normalidad.
La toma principal sigue inactiva. Por ese motivo, la situación sigue siendo frágil ya que -para operar de manera óptima- se necesita que el río llegue a los 6 metros. Sin embargo, se plantó en los 5 metros y ayer se hicieron “malabares” para poner operativas a las dos bombas de la balsa de contingencia.
De hecho, el panorama no mejorará hasta que lleguen las ansiadas lluvias a la zona de Mato Grosso y Curitiba (Brasil), por ende no se vislumbra otro panorama en el caudal del río.
Si bien la crisis que causan las represas situadas en el vecino país se está tratando a nivel Cancillería, lo cierto es que parte de Iguazú sigue aquejada por la falta de agua. Por ello, el IMAS está poniendo en marcha un plan de contingencia para satisfacer la demanda.
Ayer hubo una reunión de urgencia en Posadas para implementar dicho programa, hasta tanto se finalicen los trabajos en las tres tomas que tendrá la “Capital del Turismo”, ya que el objetivo del Gobierno es que “ningún vecino de Iguazú tenga que padecer la falta de agua”, trascendió después del encuentro.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, el cronograma fijado para tratar el problema es de “lenta resolución”. No obstante, como acción de primera mano se van a activar las cisternas para llevar agua a usuarios de los barrios alejados.
A corto, mediano y largo plazo
Desde esta semana comenzará la recuperación y reactivación de dos pozos perforados. Y la siguiente arrancará con la construcción de otros tres, más la puesta en operación de antiguos tanques de almacenamiento de la ex-APOS y del IMAS.
Esas serían las soluciones a corto plazo y pretenden paliar la crisis ante otro eventual descenso, sin aviso o con él, para que la población no padezca un agudo desabastecimiento.
Por otra parte, como soluciones a mediano y largo plazo, aparecen la entrega de obras de la nueva toma en el Paraná (que estarían listas en septiembre de este año) para abastecer la zona sur de Iguazú, que es hacia donde está creciendo la localidad.
Asimismo, el 11 de mayo se hará llamado a licitación -para comenzar en junio-, con las obras para optimizar la toma principal del río Iguazú, de tal manera que siempre se acompañe el nivel del mismo con la balsa y esta inclusive pueda llegar hasta el canal si es necesario y, desde allí, extraer el agua. El plazo de finalización de esa obra es de un año y el objetivo es alimentar a los barrios situados en la zona elevada de la localidad.
Con respecto a la toma secundaria del arroyo Mbocay se buscará ampliar su capacidad, la cual pasará de 250 metros cúbicos por hora a 380 metros cúbicos por hora, para procesar unos 500 metros cúbicos de agua potable y abastecer el casco céntrico e histórico de Iguazú. El plazo de finalización también es de un año.