Brasil descubrió esta semana una nueva variante de coronavirus más contagiosa que las anteriores, lo que complica aún más el ya complejo panorama epidemiológico en el país y en todo el Cono Sur, con Gobiernos que en los últimos días redoblaron las medidas con cierres de fronteras y más confinamientos para mitigar la suba de casos.
En numerosos países de la región se registran casos de la variante brasileña del coronavirus, la llamada P1; pero ahora, una nueva cepa fue detectada en Brasil.
La variante puede ser una evolución de la del Amazonas mezclada con la de Sudáfrica y fue detectada en una ciudad de Río de Janeiro, dijo el miércoles pasado el director del estatal Instituto Butantan, Dimas Covas.
En este contexto, Río de Janeiro anunció ayer una prórroga parcial de las medidas adoptadas hace dos semanas para restringir los movimientos que debían vencer mañana, contrariando al presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, que pidió eliminar las cuarentenas para evitar su impacto económico.
En Río, las escuelas volverán a abrir esta semana pero el comercio no esencial, bares, restaurantes, cines, museos y teatros no podrán volver a funcionar hasta el viernes y luego lo harán con horarios restringidos.
Las playas estarán cerradas hasta el 19 de abril, día en que también terminará el toque de queda nocturno entre las 23 y las 5, y serán reabiertas las discotecas.
Brasil, el segundo país con más muertos por coronavirus (321.000), vive su momento más duro de la pandemia, con los hospitales saturados en buena parte del país.
Marzo fue por lejos el mes más letal, con 66.000 fallecidos, y los expertos prevén un abril trágico.
Cierre de fronteras y restricciones en países del Mercosur
En ese marco, Bolivia anunció el jueves el cierre de su frontera con Brasil, con quien comparte 3.400 kilómetros de selvas y ríos, para frenar la entrada al país de las variantes brasileñas.
El presidente, Luis Arce, indicó en Twitter que la medida estará vigente durante siete días en el país de 11,5 millones de habitantes, que acumula más de 272.000 contagiados y más de 12.000 muertos.
Además, se extendió hasta el 30 de abril un decreto que regula las medidas de contención de la pandemia: esto implica que los Gobiernos subregionales pueden administrar los horarios de atención de centros comerciales, eventos sociales, deportivos y culturales, bares y discotecas.
También Chile anunció esta semana que cerrará sus fronteras a partir del lunes y durante todo el mes de abril ante las cifras récord de nuevos contagios.
Esta decisión coincide con la mayor cifra diaria de positivos de coronavirus desde el inicio de la pandemia: más de 8.000 en su último reporte, con lo que el total supera el millón de casos y las 23.000 muertes.
Por su parte, Uruguay, que hasta hace pocas semanas era ejemplo en la región de la administración de crisis, registró el jueves 35 muertes por coronavirus, un récord diario con el cual superó los 1.000 fallecimientos en total, en medio de una escalada de contagios que amenaza con colapsar su sistema de salud.
Más del 80% de las muertes se produjeron en 2021, marcando un momento crítico de la pandemia que el año pasado parecía bajo control.
El país vive su peor momento sanitario, pero el presidente Luis Lacalle Pou se mostró reticente a endurecer las medidas existentes para restringir la movilidad, argumentando que su Gobierno no cree en “un Estado policíaco”.
La semana pasada, las autoridades decidieron suspender las clases presenciales hasta la Semana Santa inclusive, cerrar las oficinas estatales y cancelar los espectáculos públicos hasta el 12 de abril.
Asimismo, ordenaron el cierre de los complejos termales durante la Semana de Turismo que coincide con la Semana Santa, mientras que hasta el 12 de abril los bares deberán cerrar a medianoche, los free shops en las fronteras permanecerán clausurados y estarán prohibidos los eventos y las fiestas sociales.
La administración se muestra confiada en el programa de vacunación. Casi el 20% de la población ya fue inoculada con la primera o segunda dosis de CoronaVac o Pfizer desde que comenzó la campaña de inmunización el 1° de marzo.
Paraguay, en tanto, atraviesa un momento crítico, con los contagios en ascenso e imposibilitado de usar un lote de 100.000 dosis de vacunas Covaxin donadas por India por falta de autorización, y todo en medio de un cierre total de bajo acatamiento para evitar el colapso sanitario.
El país depende de las autoridades reguladoras de otros países como Brasil, Argentina y México para poder usar estas vacunas al considerar las referencias regionales para la autorización sanitaria.
Covaxin está en la fase 3, con más de 25.800 voluntarios de entre 18 y 90 años, y tiene una alta eficacia comprobada en los ensayos clínicos, por lo que solo falta el certificado de buenas prácticas.
Por otro lado, en el país guaraní, desde hace una semana rige un cierre total que estará vigente hasta mañana inclusive aunque ha tenido bajo acatamiento.
En su último reporte, las autoridades sanitarias informaron que más de 1.600 personas se contagiaron y 44 murieron, de un total 218.000 infectados y 4.294 fallecidos.
Fuente: Agencia de Noticias Télam.