“En septiembre se van a cumplir tres años del fallecimiento de mi hija y en la causa no hay avances. Nos presentamos como querellantes y seguimos esperando que eleven a juicio. Se solicitaron respuestas como corresponde y no recibimos ninguna del juez, la verdad es desesperante por momentos, estamos metidos en una tragedia”.
Martín Kruka tiene 35 años y desde el 8 de septiembre de 2018 se mantiene de pie, sus hijos Genaro Martín (16) y Luis Martín (7) y el resto de su familia lo acompañan y sostienen, con el mismo objetivo en sus expresiones y acciones: perseguir justicia para Luana, su hija de 7 años que perdió la vida en un presunto caso de mala praxis profesional.
“No entiendo cómo o por qué la causa no fue elevada a juicio oral, tiene una pediatra imputada, es un caso claro, durante una semana no le detectaron una bacteria y tenían en el análisis de sangre la solución. Con un antibiótico la habrían salvado, es una locura que no lo hayan detectado”.
Martín Kruka remarca, lleva treinta meses sin dejar de repetirlo para que alguien lo escuche, principalmente que la Justicia lo escuche. “La pediatra en lugar de retarnos a los padres diciéndonos ‘ustedes no estudiaron, no son los médicos’, tenía que sólo analizar los valores del estudio de sangre que le hicieron a Luana y no mandarnos a casa porque le bajaron la fiebre con ibuprofeno y la hidrataron con suero. A las pocas horas volvíamos con la nena con 39 o 40 grados de fiebre al hospital Camino y durante siete días fue lo mismo, hasta que murió porque la bacteria avanzó en todo el cuerpo”.
“A Luana la mataron, las pruebas fueron presentadas en la Justicia y todavía no responden un pedido de pronto despacho. Necesitamos saber, no es una causa difícil de resolver, está claro, lo dijo hasta la junta médica”, agregó Kruka ayer en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Mi hija debió festejar en diciembre sus 10 años y hoy nos miramos con los chicos y la madre y no puedo decirles nada sobre la causa. No vamos a bajar los brazos, voy a volver a manifestarme y a marchar hasta el Juzgado (Instrucción 1). En la autopsia se remarcó que el deceso fue por la bacteria streptococcus pyogenes, no era fiebre de gripe, no era ‘maña’ de Luana como nos dijo la pediatra, era una bacteria que con amoxicilina o penicilina la curaban. Era sólo mirar el análisis y curarla”.
El expediente por presunta mala praxis continúa en el Juzgado de Instrucción 1, a cargo de Marcelo Cardozo. Se intenta establecer la responsabilidad que pudo tener la pediatra que recibió a Luana de acuerdo a las decisiones que tomó, los medicamentos que recetó y los estudios que solicitó. Pero también a los análisis de los informes que no realizó o de los que incurrió en errores graves en consecuencia.
Los peores días
Tal como lo adelantó este Diario, la niña de 7 años el lunes 3 de septiembre de 2018 dio los primeros síntomas de enfermedad que podría asociarse a un cuadro gripal. Sus padres la llevaron al Sanatorio Camino de calle Junín en Posadas. Ingresó con fiebre, vómitos y malestar general.
Allí fue atendida por la pediatra hoy imputada, quien le recetó ibuprofeno y le realizó un hisopado nasal para determinar si estaba con un cuadro de influenza.
Dos días después Luana llegó en brazos de su padre nuevamente a la misma guardia. Ya presentaba dolor de ingle y miembro inferior izquierdo. Le prescriben un mucolítico infantil cada 8 horas y nebulización. A las pocas horas retornaron, Luana tenía 40.2 grados de fiebre. La internaron en observación, con suero, un antifebril y reliverán.
El jueves 6 volvió con el mismo cuadro y se le realizó una ecografía abdominal, el dolor de la pierna era extremo, la fiebre no bajaba y el vómito era recurrente.
Nueva internación y los informes de laboratorio mostraban, según la médica, que presentaba un CPK alto siendo lo normal 170 y Luana presentaba 1.641 que se debía una inflamación de tejido muscular causado por una bacteria pero que “iba a mejorar”.
Luana siguió con temperatura de 40 grados, no podía caminar o mantenerse parada porque sus pies estaban muy hinchados. En la madrugada del sábado salivaba con sangre e ingresa a terapia intensiva. El cuadro de infección generalizada, el shock séptico avanzó con neumonía y el tratamiento agresivo de antibióticos. Le practicaron una transfusión pero ya presentaba bradicardia (ritmo cardíaco bajo o lento) hipotensión, falla renal. A la hora 19 falleció.
Para Martín Kruka el dolor no termina: “Todavía recuerdo que la pediatra preguntó si Luana era ‘muy mimada’ porque creía que la niña fingía estar enferma y no quería caminar”.