Si alguna vez fuiste a la playa y percibiste que algunas manchas aparecieron en la piel, tu perfume puede haber sido el responsable.
Toda fragancia es compuesta con diversas sustancias, algunas de ellas pueden reaccionar con el sol y causar pequeñas quemaduras. Normalmente los activos que más provocan este problema son los derivados de plantas presentes en la fórmula.
Conservantes y colorantes también pueden dejar la piel más sensible. Además de ellos, el alcohol puede causar alergia, por su potencial de resecar la piel, dejándola más vulnerable.
Enrojecimiento, picazón y ardor en el lugar donde el perfume fue aplicado son las principales reacciones inmediatas. Si al problema no se le presta atención rápidamente, pueden surgir costras y hasta heridas en el lugar y que, finalmente, pueden dejar una mancha castaña.
Lesiones enrojecidas y ampollas también pueden aparecer, aunque estos cuadros de irritación son raros.
Con la intención de proteger y evitar esas complicaciones se recomienda evitar el uso de perfumes en ocasiones de exposición directa al sol. Sobre todo para paseos que incluyan pileta o playa o ambientes de luz natural intensa.
En caso de que no puedas dejar de usar tu perfume preferido, elegí los productos más suaves, con concentraciones bajas, como las colonias o body spash. Otro recurso es aplicar la fragancia en lugares de poca exposición, como la parte de atrás de las orejas.
Si ya te expusiste y necesitás ayuda, lo primero que debés hacer es dejar el lugar inmediatamente ante la primera sensación de molestia. Después, lavá la región para retirar el producto que está provocando la alergia. Para aliviar la incomodidad, compresas con suero fisiológico helado y agua termal pueden ayudar. Se aconseja también buscar ayuda médica para decidir si el cuadro puede ser controlado solamente con antialérgicos e hidratantes o si medicamentos, como cremas antiinflamatorias, serán necesarias.