Muchas veces nos sentimos con falta de energía, desmotivados o simplemente sin saber por dónde comenzar algo.
Sin duda empezar por pequeños cambios, sumando hábitos positivos es una manera de volver a conectar con mi máximo potencial.
Aprender a decir NO porque buscamos hacer de todo y muchas veces es bueno decir esto no puedo hacerlo. Es una manera de hacer foco en mis prioridades.
Saber pedir ayuda, cuántas veces te pasó estar totalmente sobrepasado y no saber delegar, o buscar a alguien en quien respaldarte. Por eso expresar nuestra necesidad de recibir ayuda nos hace permeables a recibirla.
Enfócate en lo que puedas controlar: mis acciones, mis pensamientos, mis errores, mis conductas, mis esfuerzos, mis consecuencias. Sin estar pendiente de aquellas cosas que están fuera de mi control como las acciones de los demás, las palabras de los demás, sus sentimientos o sus creencias.
Dedica tiempo a aquellas cosas que te apasionan, hacer lo que nos gusta es un hermoso regalo que podemos hacernos a diario.
Estar atentos a mi día, cómo me alimento, cómo descanso, hago algo para mantenerme saludable y qué podría hacer para optimizarlo.
Tener un momento del día para poder hacer unos minutos de respiraciones profundas y volver a la calma a pesar del ritmo de mi día.
Perdonar y dejar ir todo aquello que ya cumplió un ciclo en nuestra vida.
Las crisis son oportunidades, para darnos cuenta de cosas que de otra forma no veríamos.
Siempre capitalizando en positivo, todo lo que sucede es una gran oportunidad para vivir más consciente y conectado con quien soy.