En el fondo, quien descalifica tiene la necesidad, por lo general inconsciente, de empequeñecer tu persona o tu logro de manera indirecta. El mensaje que transmite con su actitud es el siguiente: “Yo soy mejor que vos”. Es similar a la lógica de la burla cuando alguien se cae: la persona se ríe del otro porque indirectamente le está diciendo: “Eso a mí no me pasó, te pasó a vos”.
¿Cómo es una persona que descalifica? Internamente es alguien inseguro que tiene baja estima. Como resultado se siente menos que los demás y necesita hacerte sentir mal para él, o ella, sentirse bien. Puede también presentar rasgos de envidias, narcisismo, agresión y desconfianza.
Estas son las modalidades principales de los descalificadores:
-Devalúan los logros: anulan lo positivo en el otro.
-Envían dobles mensajes: suelen empezar sus frases con un “no” (“no quiero hacerte sentir mal”).
-Roban mérito: para ello buscan defectos o errores en los demás y los hacen públicos.
-Desaprueban: hacen sentir al otro que tiene que ganarse su aceptación.
-Acusan falsamente: su fin es controlar emocionalmente a la persona acusada.
-Se burlan: el objetivo aquí es desautorizar al otro.
¿Qué deberíamos hacer frente a alguien que nos descalifica? Existen diferentes técnicas que podemos aplicar, pero lo importante es tener una autoestima sana para lograr que nada nos afecte. Veamos algunas de las técnicas a las que es posible recurrir.
La primera es ignorar la descalificación, lo cual es como una puñalada para el descalificador.
Otra es hacer uso del humor. Por ejemplo: “Se te está cayendo el pelo”. “¡No! Me está creciendo la cabeza”. O: “¿Vos sos inservible?”. “¡Sí! De lunes a viernes”. Esta actitud desarma al descalificador. También se puede aplicar la ironía asertiva: “Vos sos muy inteligente”. “¿Cómo te diste cuenta de que soy tan tonta?”.
Lo importante es no enlazarse y recordar que mucha gente que se siente mal consigo misma porque ha sido dañada necesita hacer sentir mal a los demás. La verdad es que jamás estas personas van a resolver así su conflicto. Nada se resuelve descalificando sino dirigiendo la mirada hacia adentro y sanando aquellas heridas provocadas por la propia historia.
Como mencionamos, quien descalifica a los demás siente miedo. Por ese motivo ataca antes de ser atacado. Su pensamiento es: “Si te hago pequeño, pequeña, yo me vuelvo grande”. En realidad es él mismo, o ella misma, quien no se valora y se siente disminuido, entonces lo proyecta en otros.
Nunca caigas en la trampa del descalificador. Invertí tus fuerzas en superarte a vos mismo y convertirte en tu mejor versión. Cuando uno se siente bien consigo mismo, ya nada ni nadie tiene el poder de afectarlo.