Doña Cresencia Bogado, de 67 años, fue dada por muerta el miércoles a las 14.30, por insuficiencia respiratoria aguda, en el Hospital Regional de Ciudad del Este, por el médico Rafael Barrail, según los documentos exhibidos por los familiares.
Este jueves, alrededor del mediodía y tras casi 24 horas de velatorio, la mujer reaccionó dentro del ataúd, en su vivienda ubicada en el barrio Virgen del Carmen de la ciudad de Hernandarias.
Según los presentes, en un momento dado la mujer despertó y respiró, movió un brazo y presentaba signos vitales. “Ella volvió a mirar”, dijo uno de los familiares, al relatar cómo se percataron de que la misma estaba con vida.
Los familiares y quienes estaban compartiendo el velatorio en la precaria vivienda la bajaron del cajón y la colocaron en una silla, en donde su cuerpo mostraba flexibilidad.
El médico Ronald Escobar Santacruz, del puesto de salud de la zona, acudió al domicilio y allí confirmó que la mujer tenía signos vitales, por lo que pidió a sus familiares que la trasladen hasta el Hospital Distrital de Hernandarias.
Los familiares llamaron a un abogado y a una ambulancia del Cuerpo de Bomberos Voluntarios para trasladarla al Hospital Distrital de Hernandarias. Esperaron casi una hora para trasladarla al hospital de la localidad, pero finalmente la llevaron en un automóvil particular. Afirman que el cuerpo no se enfrió en todo el tiempo que estuvo en el cajón.
“No sé si escucharon la catalepsia, hay muy pocos casos en el mundo en los que al revisar los signos vitales se le da como muerto. Yo solo acudí al llamado por la desesperación de los familiares, fui y revisé que estaba con signos de vida. Tenía pulso, latido del corazón, latido cardiaco y la presión arterial que estaba en 80/40”, explicó el doctor Escobar Santa Cruz.
La mujer estuvo 21 días internada en el Hospital Distrital de Hernandarias con oxígeno, a causa de un cáncer pulmonar, pero los doctores la entregaron a sus familiares porque ya no podrían revertir su situación.
Los hijos señalaron que consiguieron oxígeno y la tuvieron en su casa, pero se volvió a poner mal y, por ello, la llevaron al Pabellón de Trauma del Hospital Regional de Ciudad del Este, donde este miércoles la dieron por muerta.
Les entregaron el certificado de defunción y el cuerpo llegó a la casa en un vehículo de la funeraria, sellado. Los familiares abrieron el cajón y no permitieron que sea formolizada.
Al final… la abuela falleció
Esta historia no termina aquí, ya que ahora tras la muerte, resucitación y posteriormente muerte nuevamente de Crescencia, sus familiares solicitaron una nueva acta de defunción, alegando que 24 horas atrás la abuela estaba viva, aunque los médicos se negaron a dicha requisitoria.
Según comentaron los propios hijos que la llevaron tras velarla, de nuevo al Hospital, que su madre estaba recuperándose de una cruel enfermedad, pero como dio positivo de COVID-19 había sido trasladada a un hospital de Ciudad de Este, desde donde les informaron que falleció este miércoles en horas de la siesta.
“Nosotros estábamos velando viva a mi mamá había sido y ahora vamos a tener que volver a velarla”, dijo con mucha bronca y tristeza una de sus hijas.
Fuentes: ultimahora.com e itapuanoticias.tv