Como nada es casualidad menos lo será para ese manual de instrucción de la mente que llamamos Biblia y si en él Dios le dice a la mente cada día del año: no temas, es porque en la dualidad ella está diariamente atosigada con la mejor arma que posee el maligno que es el miedo, cuyo opuesto es el Amor.
Desde el temor a perder la vida, hasta el sentirnos amenazados a tener que cambiar una manera de pensar o creencia, por lo que reaccionamos a la defensiva, cosa que nos hace separarnos automáticamente de nuestros semejantes.
Estamos tan acostumbrados a funcionar a través del miedo que creemos que lo normal es cuidarnos de las malas energías por ejemplo, que lógicamente alguien las tiene que portar, por lo que a ese alguien lo tenemos que separar nuevamente, pero con toda la justificación por parte de nuestra mente.
La Biblia también dice que Dios nos creó con una palabra y si nos otorgó ese don, es para que hagamos buen uso de ella.
Podemos ver que son las palabras las que moldean la mente, por lo que hay que ser muy cuidadoso con la selección de ellas y aunque no lo sintamos y el razonamiento nos diga lo contrario debemos practicar diariamente los decretos afirmativos y en presente con la divina fórmula: YO SOY, al inicio de cualquiera de ellas, para revertir esta situación de “creernos” pecadores y víctimas de un Dios vengativo y castigador y tantas otras falsas creencias.
En los planos superiores de consciencia se piensa con el corazón, por lo que si accedemos a pensar con él veremos que es todo un sentir y el sentir da certezas porque lo experimentas, por lo que se hace muy difícil traducirlo al idioma de la razón, que es el que cuestiona al no tener certezas, además la mente ha sido manipulada para hacernos descreer de nuestro poder.
Si supiéramos lo poderosos que somos, caminaríamos descalzos sobre espinas sin que nuestros pies se dañen.
Somos poderosos y cada conocimiento que nos acerca a la fuente, que está dentro nuestro, quita un velo de nuestro entender, de nuestro saber, que como dioses somos.