Luego de un año de educación virtual, los alumnos y docentes de primer año de la secundaria del Instituto Superior Roque González fueron los protagonistas de la prueba piloto que se realizó de cara al inicio lectivo 2021.
“Estamos muy contentos de poder volver. Dentro de las dificultades actuales, la posibilidad de reencontrarnos con docentes y alumnos es una alegría enorme. Los alumnos y sus familias también están muy ansiosos, lo esperaban hace tiempo y hoy por fin vuelven a ver a sus pares”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el director del Instituto Superior Roque González, Juan Rajimón.
Jornada completa
A partir de las 7 de la mañana, se presentaron las dos divisiones de los alumnos de primer año de la secundaria ya que, según explicó Rajimón “ya venían haciendo el cursillo de ingreso para comenzar la secundaria, así que decidimos que ellos hagan la prueba piloto”.
La jornada del jueves tuvo una pequeña bienvenida brindada por el director del establecimiento quien estuvo acompañado de las autoridades del Servicio Provincial de Enseñanza Privada de Misiones (SPEPM).
Luego de las palabras de recibimiento que se llevaron a cabo en el patio del Instituto, las dos divisiones del primer año permanecieron allí. “Como el patio es amplio, trabajamos las dos con los dos cursos juntos y después sí van a subir a sus respectivos cursos”, explicó Rajimón y agregó que “el horario de salida será a las 12 horas, como de costumbre. Hoy la jornada es completa”.
Así será el protocolo
El próximo 9 de marzo, el Roque González comenzará las clases con un sistema de alternancia: “Una semana vendrá la mitad de un curso y la próxima será el turno de la otra. Este sería el programa para el primer mes y en la medida que se vaya evolucionando, intentaremos que pueda asistir la totalidad del curso”, explicó su director.
Al ingresar al establecimiento, se les tomará la temperatura y se les aplicará alcohol, tarea que no será exclusiva de una sola persona sino que “tenemos asignado un grupo de personas que se irán rotando entre preceptores, alumnos, bibliotecarios y auxiliares pastorales”, dijo.
Una vez que ingresaron, subirán a los cursos de manera escalonada: “Tenemos cinco ingresos, entonces está previsto que los alumnos del nivel secundario entren por la puerta principal mientras que al resto de las divisiones se les asignó distintos ingresos y horarios para que no haya amontonamiento”.
En cuanto a la carga horaria, “para el nivel secundario será jornada completa de cinco horas, mientras que para el nivel primario serán de tres a cuatro horas y el nivel inicial de dos a tres horas. Se irán incrementando en la medida que la situación lo permita”, señaló.
Los recreos, “serán de diez minutos como siempre pero cada año va a tener un horario diferente para que no se genere amontonamiento en los pasillos, escaleras y en el patio”, explicó.
Caso sospechoso
Ante un caso sospechoso, Rajimón aseguró que “estamos preparados para una posible situación de contagio. El protocolo prevé que si al momento de tomarle la temperatura al ingreso de la escuela el alumno o docente tiene más de 37 grados, se lo aislará en una sala exclusiva y allí permanecerá hasta que se dé aviso a la familia y Sistema de Salud. Además, la burbuja que estuvo en contacto con esa persona, también será controlada”.
Cada cual con lo suyo
Otra de las medidas adoptadas, es que “cada estudiante y docente debe asistir con su propio alcohol en gel y barbijo” dijo y recordó que por el momento el kiosco del colegio no estará funcionando, así que cada alumno deberá traer su comida.
“El mejor protocolo es tomar conciencia”
“Hay una expectativa positiva de parte de todos”, dijo Rajimón respecto al inicio de las clases. Obviamente es un tiempo de incertidumbre donde uno tiene que reacomodarse, pero es parte de la nueva normalidad.
“Creo que la escuela es fundamental para la formación de los niños y no sólo se trata de la adquisición de las capacidades intelectuales, sino que es un factor clave en la vida de los jóvenes”, reflexionó Rajimón.
Por otra parte, “esto es una muy buena oportunidad para que todos recapacitemos en la importancia del cuidado personal y cuidado del otro. En este sentido, pienso que el protocolo no pasa por el control, sino por una toma de conciencia: ¿cómo me cuido yo y al otro? El mejor protocolo a aplicar es la toma de conciencia de que la vida individual y colectiva tiene que cuidarse”, concluyó.