A un mes de que se termine el verano y comiencen los primeros fríos, especialistas advierten sobre la llegada de una segunda ola de coronavirus. “La posibilidad de una segunda ola de COVID-19 en el país, es una cuestión de simple razonamiento”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el médico infectólogo con formación en pediatría, Dr. Oscar López.
Según explicó “lo que va a pasar es que en invierno la circulación viral va a seguir siendo la misma, con la diferencia de que vamos a estar todos más pegados, con los ambientes cerrados y más relajados por el tiempo de pandemia que transcurrió. Entonces, al haber más concentración de gente en espacios reducidos, se aumentan los riesgos de contagio”.
Por lo tanto, pidió que se siga respetando el protocolo y, sobre todo, que se ventilen los ambientes a pesar del frío.
Cuidarse incluso con las vacunas
Respecto a la llegada del invierno y el pedido de algunos especialistas para “apurarse con las vacunas”, López consideró que “obviamente que si estuviéramos inmunizados para entonces, los riesgos serían menores. Lo ideal sería que estemos todos vacunados para la llegada del invierno, pero tampoco hay que responsabilizar de esto al Gobierno. Hay una situación mundial de escasez de vacunas y en nuestro país están llegando, a su tiempo, pero están apareciendo”.
Sin embargo, recordó que, aunque un gran porcentaje de la población pueda estar inmunizada para entonces, “una persona pueda estar vacunada, pero si está en contacto con alguien infectado y sin las medidas de protección, el virus va a entrar en sus sistema sin ocasionarle síntomas ni complicaciones, pero es probable que contagie a otros”.
Secuelas en niños
Por otra parte, el infectólogo se refirió a las secuelas que quedan en quienes transitaron la enfermedad.
En el caso de los niños, si bien el COVID no los afecta gravemente, “puede ocasionar una enfermedad pos-COVID que, si no se trata de manera precoz, podría dejar secuelas”, aseguró López.
Al respecto, mencionó al síndrome inflamatorio multisistémico que “se da después que los niños tuvieron coronavirus, hayan presentado síntomas o no, y que tiene algunos riesgos”.
Respecto a los síntomas, explicó que “son niños que suelen empezar con mucha fiebre, también presentan dolores abdominales intensos, vómitos, pueden tener también una especie de conjuntivitis pero sin secreción. También puede aparecer una erupción en las manos, los labios y lengua y generalmente también presentan hipotensión”.
En caso de tener algunos de esos síntomas “es importante que consulten inmediatamente y es probable que se lo deba internar y hacerle un tratamiento”, sostuvo. En cuanto a los cuidados, dijo que “se los monitorea porque este síndrome suele afectar su corazón y se les gotea la droga gamaglobulina o se les indica corticoides para tratar de bloquear el proceso inflamatorio porque eso sí puede dejar secuelas, por ejemplo, en las arterias”.
Asimismo, contó que el tiempo del tratamiento “depende de la evolución de los pacientes. Si responden bien, son de tres a cuatro días y después tienen que tener un seguimiento del infectólogo, cardiólogo y reumatólogo por un tiempo prolongado”.
Secuelas en adultos
En los adultos, el virus puede dejar muchas secuelas, dependiendo siempre de cómo fue el curso de la enfermedad. Al respecto, el médico infectólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, Ricardo Teijeira dijo a PRIMERA EDICIÓN que “los pacientes que tuvieron alguna sintomatología de leve a moderada requieren un seguimiento porque todos los órganos pudieron ser agredidos”.
En cambio, aseguró que “si la persona fue asintomática, no existe la secuela”. Aquellos que presentaron síntomas “las secuelas más frecuentes son de nivel respiratorio, ya que se trata de una enfermedad respiratoria”.
Por otra parte, mencionó las neurológicas, hepáticas, cognitivas y cardiovasculares, entre otras. Sin embargo, el infectólogo destacó que las secuelas “no deben generalizarse y deben revisarse caso por caso ya que no serán las mismas secuelas para un paciente que casi no se vio afectado por el virus durante el contagio, a uno que estuvo internado en un hospital”, concluyó.
Las medidas sanitarias actuales ¿son las más adecuadas?
El infectólogo López consideró que “tanto en Misiones como a nivel nacional, se han tomado las medidas necesarias y adecuadas. Principalmente las relacionadas al cierre de fronteras internacionales y los controles que se realizan en los ingresos de las provincias”.
Todas estas medidas “fueron fundamentales y dieron resultado porque permitieron que se flexibilicen más actividades, sobre todo las referidas al turismo y economías locales”.
En cuanto al aumento de casos, López no responsabilizó a las medidas sanitarias tomadas, sino a las “situaciones que están principalmente relacionadas con la irresponsabilidad nuestra: las fiestas o reuniones clandestinas, el mal uso del barbijo… debemos entender todos que las vacunas son buenas y efectivas pero que lo más seguro es el distanciamiento, el barbijo correctamente colocado y el respeto por los protocolos sanitarios. Esto es lo más eficaz para prevenir la propagación de la enfermedad”, reiteró.
En este sentido, se refirió a los hospitales: “Los médicos atienden diariamente a muchísimas personas infectadas que ni siquiera saben que tienen el virus y, sin embargo, el personal no se contagia dentro del hospital. No hay tantos contagios intra-hospitalarios porque los trabajadores de la salud usan correctamente los elementos de protección. En cambio, los que no respetan los protocolos y medidas sanitarias son los principales responsables del aumento de casos”.
¿Es posible la reinfección?
Según dijo López, “en el mundo son muy pocos casos de casos de reinfección y de todos ellos, sólo la minoría tuvo síntomas graves. Lo más común es que no exista reinfección con inmunidad natural”.
“Sólo hay una cepa”
López aclaró que actualmente “hay una única cepa con algunas variaciones en la estructura genómica del virus que hacen que sea más contagiosa aunque hasta ahora ninguna es de mayor gravedad”.
6 son los meses que duraría la inmunidad natural, es decir sin vacunas, de una persona que haya contraído el virus.