El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció ayer que el 1 de marzo volverán las clases presenciales en todos los colegios del país, suspendidas a causa de la pandemia del coronavirus, “de manera gradual, voluntaria y flexible”, y pidió “dejar atrás consignas, ideologías o motivaciones políticas” al responder a sectores contrarios a la medida.
“A partir del 1 de marzo se iniciará el año escolar en los colegios del país”, informó el mandatario en conferencia de prensa.
Piñera explicó que el 100% de los 9.429 colegios del país ya entregaron al Ministerio de Educación el plan de inicio de clases, en el que detallan cuál será la modalidad de sus jornadas, si serán totales o parciales, cómo combinarán la educación presencial con la virtual y con qué grado de gradualidad se implementará el inicio del año escolar.
De todas maneras enfatizó en que “serán los padres y apoderados, no el Gobierno ni tampoco el Colegio de Profesores, los que tendrán que tomar libremente la decisión de enviar a sus hijos a las escuelas“.
Piñera aseguró que la apertura de escuelas es “segura” y defendió que la educación presencial “es fundamental no sólo para la calidad académica (…), sino que también para la salud mental y emocional de los niños, para su calidad de vida, para su desarrollo integral“.
La medida se da en medio de la resistencia manifestada por diversos alcaldes, del oficialismo y oposición, y del Colegio de Profesores, que expresaron reparos a que los alumnos regresen en marzo y pidieron atrasar la vuelta a clases para abril, cuando el proceso de vacunación masiva esté más avanzado.
Entre las razones esgrimidas por los jefes comunales está el hecho de que varios establecimientos están siendo ocupados como vacunatorios.
Frente a esos argumento, Piñera sentenció: “Debemos dejar atrás consignas, ideologías o motivaciones políticas y poner adelante el interés superior de los niños, alumnos, de su calidad de vida, de su educación y futuro”.
Con casi 800.000 infectados y más de 19.600 decesos totales desde el inicio de la pandemia el pasado marzo, Chile vivió el primer pico de contagios en julio, cuando el sistema sanitario estuvo a punto de colapsar, y ahora parece estar superando una segunda ola.
Tras semanas con alrededor de los 4.000 contagios diarios, el país registró este martes 2.547 nuevos casos, al tiempo que una veintena de localidades del sur abandonaron la cuarentena total a la que estaban sometidas desde hace más de un mes. Chile lleva adelante una veloz campaña de vacunación.
Fuente: EFE