Siete es el número que ejerce el poder secreto y citando a Jesús: “perdonarás a tu hermano setenta veces siete”.
En cuanto a la Cromoterapia siete son los chakras o centros energéticos del cuerpo ligados cada uno a un color característico y con su dualidad (lo positivo y lo negativo) y nosotros al ser seres donde la energía me mueve, cambia, brilla o se oscurece vamos vibrando según como nos tomemos la vida, si como una experiencia donde el viaje es el aprendizaje o la tortura, o rutina de creer vivir sin jamás haberlo hecho. En lo personal para mi vivir es disfrutar de cada momento de lo que trae el día con sus desafíos, oportunidades y claro también con sus tristezas.
Así que te pregunto ¿estás viviendo? o ¿estás sobreviviendo?
Los siete colores que conviven con nosotros y de sus aspectos para que puedan tomar lo mejor de ellos, separemos estos colores en tres grupos para que les sea más fácil acordarse.
Los colores cálidos: ROJO – NARANJA – AMARILLO son energía pura, son impulsadores y de alguna manera son como nuestras baterías personales. Cuando descansamos y comemos saludable estos colores nos ayudan a estar felices, enérgicos, entusiastas y nos mostramos tal cual somos sin miedos, culpas y vergüenzas.
El color del equilibrio es el VERDE que está solito, este color es importante porque nos ayuda a ser más empáticos, a vincularnos con el otro, es respeto y amor. Está relacionado con el corazón y los pulmones, así que cada vez que te vuelves consciente de tu respiración este color se mueve dentro de ti al igual que cuando te enamoras o también cuando te rompen el corazón, y ahí podemos ver este color mostrando su lado negativo y nos volvemos mezquinos, envidiosos, tristes e incluso depresivos. No se trata de no sentir, se trata de no quedarse mucho tiempo en ese lugar, de aceptar, fluir y trasformar ese sentimiento viendo el aprendizaje que dejó esa experiencia.
Los colores fríos AZUL – ÍNDIGO – VIOLETA son mágicos, misteriosos y los que a la hora de trabajarlos implican mayor compromiso y responsabilidad. Nos ayudan cuando nos encontramos muy estresados, llenos de ira, son de calma, paz y relajación. Cuando uno se encuentra equilibrado con estos colores no tenemos la necesidad de juzgar y nuestra intuición se vuelve más fuerte, nos volvemos más humildes y serviciales.
La frase: “la salida es hacia adentro” creo que simplifica todo lo dicho antes. Así que cierra los ojos y permite que los colores se manifiesten y te digan cómo estás vibrando en este momento y no te olvides de disfrutar de este ¡maravilloso viaje que es la vida!