En el barrio Obrero de la ciudad de San Vicente se ve una situación difícil de creer en estos tiempos donde la pandemia por el coronavirus no da tregua y recrudecen los casos de dengue en la provincia. En el asentamiento, que fue relevado por el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP), viven más de 140 familias que carecen de acceso al agua potable y se abastecen de un pozo sin seguridad de potabilidad.
El diputado del Partido Agrario y Social (PAyS) Martín Sereno se reunió con los vecinos, junto a un grupo de militantes del Movimiento Evita, para interiorizarse sobre el problema.
“Una vecina contó que lleva 11 años viviendo en ese barrio y nunca pudo contar con agua potable, utiliza un pozo precario, insalubre, y está muy preocupada por las erupciones en la piel que aparecieron en sus hijas”, destacó el legislador.
Agregó que la red de agua de la cooperativa local pasa por el frente de las viviendas de estas familias; pero a pesar de los pedidos hechos tanto a la Cooperativa de Agua Potable y Servicios Públicos San Vicente Limitada, como al Municipio, no logran una respuesta para realizar la conexión.
Obtuvieron la luz y ahora luchan por el agua
El presidente de la comisión barrial, Jorge Olivera, fue uno de los que hace dos años luchó por la provisión de energía eléctrica para este barrio con familias que llevan 15 años en algunos casos y 11 en otros, amparadas por el reconocimiento oficial y la Ley del RENABAP que indica que el Estado provincial o municipal deben conectar los servicios básicos.
“En este barrio peleamos en su momento por la luz y lo logramos. También iniciamos la lucha por el agua, que se estira y no nos dan solución. La red de agua pasa por delante de nuestras casas, y parece que por un capricho no extienden la red, porque no es de difícil la solución, la misma bajada puede hacer que el agua llegue porque no hay obstáculos”, explicó un vecino.
“El agua del pozo es insalubre”
Olivera señaló que el reclamo por el agua no significa estar en contra de la recuperación del agua de la vertiente del barrio.“Utilizamos el agua del pozo porque no hay otra alternativa; pero no puede ser de manera permanente; no sabemos su grado de contaminación, pero los chicos se llenan de granos. No estamos en contra del intendente Rodríguez; aún cuando su secretario del gobierno municipal, Miguel Ángel Lima, en su momento prohibió el enganche de la luz. Hicimos notas y desde la Municipalidad nunca contestaron”, recordó.
Olivera insistió en que los vecinos están contenidos por la Ley del RENABAP y la empresa de energía lo reconoció. “A partir de ahí nos conectaron y queremos hacer lo mismo con el agua potable. En el barrio estuvo personal de la Cooperativa de Agua para enganchar la red; pero necesitan la firma de las autoridades municipales, y no entendemos por qué no firman”.
“Somos 150 familias dispuestas a pagar la conexión de agua, con eso debería bastar”, manifestó el titular de la comisión barrial.
“Nos niegan un derecho que es vital”
El tesorero de la comisión del barrio Obrero, Doribal Amaro Dos Santos, hizo hincapié en que las familias están contempladas en el RENABAP porque habitan esa barriada popular desde hace más de 15 años.
“Con la luz tuvimos que protestar durante días frente a la Delegación de EMSA y finalmente reconocieron nuestro derecho, y de a poco todo el barrio tiene suministro eléctrico. Lamentablemente nos queda el problema del agua, aún teniendo la red cerca. Son muchas familias que dependen de un pozo que es un peligro para la salud. La comisión barrial está al frente de esta luchas que hacen a la calidad de vida de los vecinos, y el agua es fundamental, y más en estos tiempos de tanta peste. Confiamos en las autoridades para solucionar este tema, porque los pozos del barrio ya no dan más“.
En el Municipio les dicen que van a solucionar, pero pasa el tiempo sin que se resuelva, y reclaman una solución. “Hay un costo de conexión que los vecinos están dispuestos a pagar aún con mucho sacrificio; pero necesitamos agua potable, esa es la prioridad”, afirmó el tesorero del barrio Obrero.