Vivimos nuestra vida como podemos, no existe una escuela donde uno vaya a aprender a vivir, generalmente lo hacemos a través de lo que nos va sucediendo. El dolor nos enseña que por ahí hay que andar con cuidado, cuando somos chicos nos quemamos con algo y ya no lo tocamos, cuando crecemos en cambio solemos hacer todo lo contrario.
Hay una frase que dice: “es una locura hacer lo mismo esperando un resultado diferente”.
Sin embargo al no observarnos eso hacemos, realizamos lo mismo y después esperamos que el otro cambie o cambie la situación, a veces sucede con nosotros mismos, nos mentimos con tal de ¡no cambiar!
Es prácticamente como ir hacia una pared poner la cabeza y no esperar lastimarnos.
Ponemos la atención afuera dándole al otro el control de nuestras decisiones por eso nos enojamos tanto cuando nos equivocamos.
El enojo es más con nosotros mismos que con el otro porque sabemos lo que va a ocurrir, pero dejamos que suceda.
En la escuela aprendemos y después hacemos las tareas, en la vida en cambio vamos aprendiendo sobre la marcha. Nacemos en una familia y copiamos lo que vemos, por eso es necesario conocer nuestra historia, de dónde venimos, cómo nos criaron, con qué creencias crecimos para ir limpiando lo que no nos sirve más y decidir sobre qué queremos para nosotros.
Hoy podemos observarnos y ver si solemos reaccionar de la misma forma frente a conflictos esperando otro resultado, podemos ver ¿qué pasa después ? Me enojo, reacciono y me voy o empiezo a darme cuenta que estoy haciendo lo mismo una y otra vez. Observar esto nos puede ayudar a ver que generalmente hay un mismo problema, una misma reacción y un mismo resultado, viendo esto de a poco podemos empezar a salir de ese círculo tóxico que nos quita energía.
Estas preguntas son para observarnos con amor y paciencia nunca para criticarnos y ser duros, solamente para empezar a darnos cuenta que nosotros somos dueños de nuestra vida y que podemos decidir qué queremos y qué no.
Bendiciones.