El 2021 será un año clave para los salarios. Luego de perder terreno en los últimos años, es probable que los gremios busquen recomponer las remuneraciones en un año electoral.
Los aceiteros, por caso, iniciaron el año con un piso del 25% y una revisión prevista en agosto. Fue luego de negociar un 35% en 2020 que llevó el salario mínimo a $93.000 en enero y acordar un bono de $70.000. Pese a este antecedente, la discusión no será fácil.
Por empezar, se espera que los trabajadores registrados cierren el 2020 con una nueva pérdida de poder adquisitivo, del orden del 1%. Desde diciembre de 2019 hasta octubre pasado, su remuneración, incluyendo empleados privados y públicos, retrocedió 0,5% en términos reales, según el INDEC.
De confirmarse en diciembre el resultado negativo, será la tercera caída anual consecutiva después de 2018 y 2019, cuando los salarios formales perdieron frente a la inflación un 11,6% y 6,5% respectivamente, mientras que en 2016 y 2017 subieron 5,8% y 1,3% en cada caso.
Así, desde diciembre de 2015 a octubre de 2020, las remuneraciones de los empleados con aportes a la seguridad social acumularon una baja real del 21,7%. Esto se debe a que en ese período las primeras tuvieron un aumento nominal del 297%, por debajo del incremento del 407,3% en los precios.
El dato surge de la serie estadística de precios del INDEC, cuyo registro llega hasta diciembre de 2016 ya que el organismo no produjo datos de inflación durante ese año. Y para calcular la variación de los meses previos hasta diciembre de 2015, se utilizó el índice de la Ciudad de Buenos Aires.
Además de partir de ingresos reducidos, el problema en este año que comienza es la aceleración de la inflación. Desde agosto, las variaciones mensuales fueron superiores a los meses previos -en octubre alcanzó el pico de 3,8%- y totalizarían en 36% anual en diciembre.
“Si se dan las proyecciones de inflación que la sitúan alrededor del 50%, lo más probable es que los salarios recuperen parte de lo perdido, pero dificilmente puedan correr por encima de incrementos de precios muy altos”, explicaron desde la consultora LCG.
El sector más perjudicado
Por sector, las remuneraciones reales de los empleados públicos retrocedieron más que la de los trabajadores privados, una diferencia que se acentuó aún más en 2020. Así, desde diciembre de 2015 a octubre de 2020, las primeras perdieron 24,1% de su poder de compra y las segundas, 15,4%.
Según los datos del INDEC, después de acelerarse la pérdida del poder de compra de los salarios registrados en el último trimestre de 2019, la brecha con los precios se achicó a partir de enero de 2020, se amplió entre abril y agosto, y comenzó a reducirse en octubre pasado.
“En el 2020 la caída real de los salarios fue más baja de lo que se hubiera esperado considerando la caída histórica que va a tener el Producto Bruto Interno y el incremento del desempleo, sobre todo durante el segundo trimestre. Un poco esto se debe a una inflación más baja que lo esperado a principios de año”, agregó Julia Segoviano, de la consultora LCG.