En la lección de hoy retomamos las enseñanzas de Mataji Indra Devi acerca del Prana, que en sus palabras “es una energía que existe en forma de fluido en la atmósfera y que está presente en todo lo que vive, desde la ameba al mismo ser humano”.
Y agregaba que “el aire, los rayos del sol, el agua, las plantas, los minerales, los alimentos, en fin, todo está sostenido por esta fuente de toda energía, vitalidad y poder”.
La Maestra nos recordaba también las enseñanzas de los yoguis acerca de que el Prana circula en nuestro cuerpo a través de una red de canales llamados nadis, distribuidos por todo nuestro cuerpo sutil del mismo modo que las arterias, venas y nervios lo hacen por todo nuestro cuerpo físico.
De este modo, esos canales o nadis, junto con los centros de energía o chakras, movilizan la Energía Cósmica en nuestro interior.
Mataji destacaba que los yoguis fueron capaces de estudiar el organismo humano con sus múltiples funciones miles de años antes de que hubiese instrumentos para observarlo. Y “sin duda alguna, tuvieron que saber que existían las glándulas endócrinas, puesto que la mayor parte de las posturas de Yoga se configuraron para mejorar el funcionamiento de una o de varias de esas glándulas”, mientras que para nuestra ciencia moderna occidental la endocrinología surgió a fines del siglo XIX.
Basándose en sus experiencias durante la segunda mitad del siglo XX, Indra Devi consideraba que como los occidentales no contábamos con instrumentos para detectar el Prana, por lo tanto no lo teníamos en cuenta y hasta lo descartábamos. Sin embargo, nos recordaba que la existencia de esta energía no sólo fue conocida por los yoguis de la India, sino también por las antiguas tradiciones tibetanas, chinas, japonesas, egipcias, hebreas y griegas.
Es así como en el Libro del Génesis encontramos la mención al Aliento y Espíritu de Vida cuando leemos que Dios formó al hombre con el polvo de la tierra “y sopló en su nariz el aliento de vida y el hombre vino a ser alma viviente”.
Entonces Mataji reiteraba que, en nuestra práctica, la respiración profunda junto con la respiración rítmica son fundamentales “para la circulación y el fluir de esa energía vital misteriosa que en sánscrito se llama Prana y que significa Aliento y Energía Absoluta”. Será el tema de la próxima lección.
Namasté.