El misionero Lucas Koziarski obtuvo el reconocimiento, en el marco del 35° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en Mejor Dirección de Arte de Película Argentina de todas las competencias por su trabajo en la película “Las Mil y una”, de la directora correntina Clarisa Navas.
En el emblemático Festival, que se realizó desde el 21 al 29 de noviembre de este año bajo la modalidad virtual, este reconocimiento fue otorgado por la Asociación Argentina de Directores de Arte Audiovisuales (AADA). Vale remarcar que la película también abrió la sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Berlín en febrero pasado y el jueves 3 de diciembre tuvo su estreno virtual en la plataforma CineAr Play, donde se la puede ver actualmente.
En referencia a su trabajo en “Las mil y una”, Lucas Koziarski destacó el gran trabajo en equipo con Clarisa Navas al frente, reconocida directora de “Hoy partido a las tres” (2017), con una preproducción y rodaje de la película, que fue filmada casi íntegramente, en el barrio Las Mil de la ciudad de Corrientes.
“Es un complejo de monoblocks muy grande y para mí fue un gran desafío la propuesta debido a que no nací ni me crié en un barrio con estas características, y cuando Clarisa me propone hacer esta película yo no quería caretearla como me parece ocurre con el 80 por ciento de quienes hacen trabajos sobre lugares que no conocen y terminan haciendo algo sobre el lugar y no con la gente del lugar. Mi propuesta fue hacer un arte con la gente y no sobre el lugar y eso interesó a la directora”, manifestó.
A los tres días de aceptar la propuesta de la realizadora, Koziarski dejó su Oberá natal, donde vive actualmente, y se instaló en Corrientes para trabajar en la preproducción.
“Estuve visitando mucho al barrio, me sentaba a tomar mate con alguna vecina, muchas charlas y de esa manera pude entablar un vínculo que permitió meterme en ese mundo que tiene sus particularidades de un lugar casi abandonado. Estos barrios tienen problemas muy estructurales de humedad, caños rotos, filtraciones de agua y fue todo eso lo que busqué se pueda ver en la película, las paredes manchadas de humedad en los lugares en que transitan los personajes”, puntualizó.
En tal sentido dio cuenta que gran parte del Arte de la película se debe a las decisiones que tomaron los vecinos o los dueños de las locaciones del mismo barrio, las decoraciones por la Navidad, por ejemplo.
“Fue un trabajo muy abierto al conjunto, de mucha experimentación, juego y de detenerse en detalles que son muy propios, a partir de observar como es el alrededor de uno y la vida ajena del otro”, recalcó.
Los caminos
La formación de Koziarski se dio a partir de un interés por el arte desde un plano integral, en primera instancia estudió la Tecnicatura de Medios Audiovisuales y Fotografía en la Facultad de Arte y Diseño de la UNaM, en Oberá, y luego se inscribió en la de Realización Cinematográfica Integral en la sede de la ENERC en Formosa, que fue donde conoció a Clarisa Navas a raíz de que se desempeña como tutora docente.
“Es entonces que empecé a tomar conocimiento sobre cómo funciona todo en la realización audiovisual y es ahí donde tuve la primera cercanía al trabajo de Arte. Es un rol que comencé a transitar cuando realizaba los ejercicios de la Escuela y en los cortometrajes”, recordó.
El Arte, según añadió, “está muy vinculado al observar y quedar con cierta información que se visualiza en algún lugar determinado, los detalles de la vida ajena, hacer hincapié en cómo la gente ocupa ese espacio y luego se reproduce cuando se encara el proyecto audiovisual. La dirección de Arte es poder entender lo complejo que se vuelven los lugares cuando empiezan a ser transitados por cuerpos. Como a mí me gusta mucho chismosear la vida ajena, cuando empecé a hacer el Arte de los cortometrajes, me sentía como súper copado porque podía meter detalles que me parecían graciosos”, comentó.