María Cristina Portillo es una artista oriunda de Jardín América, Misiones. Aparte de ser docente adopta el arte como un estilo de vida, ella nos cuenta sobre el significado de los mandalas y nos da algunos tips para ponerlos en práctica.
Pintar mandalas es un método de relajación y concentración que proviene de Oriente. Y además, está de moda. Se ven mandalas en fachadas de edificios, en portadas de libros, incluso la gente se los tatúa en el cuerpo.
No obstante, mucha gente desconoce que la creación de mandalas y/o colorear mandalas es altamente beneficioso para nuestro equilibrio emocional, nos ayuda a mantener un estado de concentración que despierta nuestros sentidos e ilumina nuestra creatividad.
Se trata de un dibujo circular complejo con formas geométricas que ayudan a la práctica de la meditación en el mundo budista e hinduista.
Este tipo de figuras orgánicas o geométricas tiene un componente espiritual: el simple hecho de observarlo produce una cierta sensación hipnótica que relaja y produce calma. De hecho, es una técnica de relajación en sí misma, ya que al pintar mandalas la respiración se acompasa y las pulsaciones bajan.
Además reduce los niveles de estrés y ansiedad, ayuda a relajarse, mejora nuestra capacidad de concentración, dejamos descansar a nuestra parte racional, ayuda a la expresión e identificación de emociones, propicia la aceptación personal y el autoconocimiento, fomenta la creatividad y como si fuera poco le dedicas un tiempo a ti mismo.
Para comenzar a pintarlos, puedes encontrar mandalas para todos los gustos, desde dibujos grandes a más pequeños que requieren ser más detallista. Antes de comenzar debes tener algunas cosas en cuenta: Puedes colorear mandalas con lápices de colores, rotuladores, acuarelas o cualquier otro material que se te ocurra, la técnica más utilizada por la artista es puntillismo con acrílicos.
Los dibujos más grandes son perfectos para iniciarse y los pequeños para potenciar la concentración y mejorar el estrés. No pienses en los colores que vayas eligiendo ni dónde los aplicas, simplemente déjate llevar por lo que te apetezca hacer en ese momento.
Lo hagas como lo hagas, estará bien hecho, porque simplemente es un reflejo de ti mismo en ese momento. De todas formas, hay libros o webs sobre pintar mandalas que proponen posibles interpretaciones de tus creaciones en función de los colores y las formas que has empleado. Yo considero que uno mismo es quien mejor puede interpretar lo que hace.
Para alguien el color verde hierba puede ser símbolo de naturaleza y pureza y para otro puede ser un color asociado a momentos desagradables de su vida personal. Así que mejor interpreta lo que hayas hecho en función de tu criterio y no de una tabla.
Sólo cuando hayas acabado tu creación es cuando está bien analizarla. Valora lo que ves e interpreta tus propias emociones. Piensa porqué has escogido colorear un mandala más circular o con formas diferentes, con gran complejidad o sencillo, si usas muchos colores o pocos, si los colores están bien distribuidos o son caóticos, etc.
Ahora ya sabes, aprovéchate de los beneficios de pintar mandalas, ya que si es una técnica milenaria no es por casualidad, es porque funciona.