Nuestras ciudades han generado el mayor desafío que la humanidad deberá enfrentar, dado al crecimiento exorbitante de la población mundial, que desde 1925 hasta 2011 casi triplicó su volumen, pasando de 2.500 millones a 7.000 millones y se espera que para 2050 aumente ese número a 9.700 millones de personas. Sobre esos datos, en el primer cuarto del siglo pasado solo el 13% de la población vivía en ciudades, mientras que hoy lo hace más del 50%.
La rápida urbanización acarrea problemas de adaptabilidad, con trasformaciones sociales, tecnológicas, ambientales y económicas, el arquitecto Augusto Penedo, ex presidente del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo de Buenos Aires, señala que el crecimiento de las ciudades es inevitable y sostiene que “Se debe perseguir que la ciudad crezca de la manera más igualitaria posible, que sea democrática y sustentable. Es decir, que no comprometa recursos naturales, físicos y medioambientales que compliquen la vida a las generaciones futuras”.
Entonces ¿Cómo pensar la ciudad para el futuro?, la tarea que tienen los urbanistas por delante no es sencilla, hay que evaluar variables sociales, físicas y económicas, además se va a requerir de la ayuda de otras disciplinas para lograr dar respuesta a las dinámicas de una ciudad, sus problemas y necesidades.
Haciendo un poco de historia reciente el arquitecto y urbanista Heriberto Allende señala que las tendencias en el urbanismo tenían que ver con obras grandilocuentes, como por ejemplo Champs Elysées en París o la avenida 9 de Julio en Buenos Aires y afirma que “Hoy los parámetros de intervención son otros. Los problemas de las ciudades tienen que ver con la marginalidad, la debilidad económica, la generación de empleo y la fragilidad ambiental. En este contexto, el criterio que domina las intervenciones es el de la sustentabilidad: económica, social y ambiental”
Las ciudades que puedan gestionar cualquier cambio son las que cuentan con estrategias eficientes, sólidas y sostenibles, muchos países desarrollados cuentan con estrategias y políticas a corto plazo que permiten el desarrollo y garantizan el progreso, pero les cuesta soportar grandes alteraciones a su estructura. El Foro Económico Mundial en 2018 dio a conocer una lista de ciudades que según ellos, estarían preparadas para el futuro, entre las 10 primeras se encuentran San Francisco, encabezando la lista, luego Silicon Valley y New York, Londres, Paris, Ámsterdam, entre otras.
Puede que no existan medidas genéricas que puedan aplicarse en cualquier tipo de territorio, país o ciudad, pero los expertos de Paulinyi & Partners, un grupo de arquitectura de Hungría, han planteado algunas soluciones importantes a tener en cuenta en el diseño urbano para contener el futuro. Algunos de los puntos que hay que tener en cuenta según ellos son: 1- Ciudad económicamente planificable, en donde una buena planificación urbana y empresarial dependa de “parámetros de área y densidad, alcance y acceso ideales, fases y aspectos de la conciencia ambiental”, 2- Distritos urbanos multifuncionales, en donde una ciudad resiliente incorpore una combinación de funciones que puedan servir a todo tipo de residente, 3- Soluciones innovadoras para el sistema de transporte de la ciudad, en donde el transporte público es el núcleo de una ciudad eliminando el automóvil del centro de la misma y promoviendo el transporte eléctrico compartido, peatonal y el ciclismo, 4- Construcción sostenible para generaciones futuras, haciendo hincapié en el uso de materiales locales, con baja huella de carbono, flexibilidad del esquema, diseño ecológico, durabilidad y la más importante adaptabilidad al cambio.
Una de las ciudades que tomó la cuestión muy seriamente es Vancouver, en Canadá en donde el 90% de la electricidad que se consume proviene de fuentes renovables, y se implementó un código que desplaza las inversiones en cintas asfálticas hacia circuitos peatonales, rutas de bicicletas y barrios con mayor densidad, además, fijaron metas en su plan Greenest City 2020 en donde los edificios nuevos sean neutros en carbono y los ciudadanos hagan más de un 50% de los desplazamientos a pie, bicicleta o en transporte público. Si bajamos un poco más en el mapa y nos ubicamos en América Latina podemos referirnos a Curitiba, al sur de Brasil también marca un norte hacia donde ver, porque sus acciones se enfocan en el transporte y planeamiento urbano.
Es entonces si se maximizan los espacios verdes, obtenemos eficiencia energética en el transporte, aprovechamos los recursos de la zona para abastecernos, generamos reutilización y reciclado de residuos, y nos enfocamos en el diseño de manera sostenible podemos tener más posibilidades de sortear el desafío de la ciudad del futuro.
Arq. Jonatan J. D. Acuña
M.P. 2965