Dicen que los primeros años de vida dejan marcas: “Nací en una clínica pequeña en una ciudad de Misiones, casa que años más tarde mis padres compraron, así que se podría decir que nací en mi casa”, relató con dulzura Alicia Carolina Nakatsuka.
Aunque sus primeros años transcurrieron en otro lugar; en “Picada Cañafístola” cuyo nombre le fue dado por una enorme cañafístola que hizo desviar el camino de tierra que se adentraba unos diez kilómetros más ‘al fondo’ del último asentamiento, Garuhapé”.
Y allí, cerquita del monte, creció la artista misionera. En una propiedad donde había un tanque que recogía el agua de las lluvias y “la electricidad la generaba un enorme motor que ponía en marcha al único canal de televisión.
El vecino más cercano vivía a unos cinco kilómetros. Recuerdo noches de verano dormir con la ventana abierta, la luna llena, el sonido del viento sobre el eucalipto y el olor a naranja. Recuerdo estar en ese lugar que hoy me parece tan solitario y no tener miedo”.
De chica le gustaba pintar, jugar en el barro y en verano nadar en los arroyos. “Siempre sentí mucha atracción por las imágenes. En los días de lluvia solíamos salir a dibujar en el barro o pasar muchas horas tratando de copiar alguna fotografía que me gustaba”.
Cuando tenía 6 años se mudaron a Puerto Rico donde cursó la escuela primaria y secundaria en el Instituto San Alberto Magno.Y a los 9 asistió por primera vez a un taller de pintura; “aunque fueron pocas clases ahí se empezó a gestar la idea de dedicarme al arte”.
Sin embargo, Alicia sostiene que sus padres “sin querer alimentaron un poco esa posibilidad artística. Mi papá siempre estaba tomando fotografías, haciendo videos y grabando sonidos; y a mi mamá le fascinan las labores y sus plantas, y algo de ese amor por el hacer definitivamente me lo contagiaron”.
Al terminar el secundario, con 18 años, se mudó a Posadas “y tuve mi paso por la carrera de Artes Visuales en el Montoya pero de allí me vine a Rosario porque mi hermana quería estudiar odontología y aquí, ambas carreras son públicas”.
Se inscribió en la carrera de Bellas Artes en la Universidad Nacional de Rosario, “donde conocí gente que admiro y aprecio muchísimo con las cuales sigo trabajando o estando en contacto”.
A finales de 2013 presentó su tesina, dirigida por Norma Rojas “Intentos de improvisar un cuento”, a partir de esa muestra “me fueron invitando a participar de diferentes exposiciones.
Hace tres años que trabajo con una galería (Subsuelo) donde actualmente estoy exponiendo ‘Selva’, una muestra que reúne trabajos de los últimos dos años que fueron súper intensos ya que coincidió con el nacimiento de mi hija Emma”.
Sus obras se encuentran inspiradas en el paisaje misionero. “Si bien no aparece de manera literal, sí tiene que ver con la experiencia de sumergirse en el monte, con una naturaleza desbordante que te cierra el camino y te envuelve”.
“También hay algo de los jardines, de esa costumbre de muchas casas de llenar cada rincón con las más variadas y dispares plantas. Creo que el distanciamiento hizo presente algunas cuestiones que antes me parecían muy naturales y que hoy las veo con cierta nostalgia y se resignifican en mi obra”, añadió.
Actualmente trabaja en la Escuela de Bellas Artes de la UNR. Hasta el año pasado dictaba clases de pintura de manera privada, pero la actividad se vio interrumpida por la situación particular de este año.
Con respecto a sus próximos proyectos, señaló “creo que este año nos sacudió a todos. Más que tener expectativas, estoy a la expectativa de cómo seguirá todo y qué nos va a dejar esto que está pasando. De todos modos pienso que el arte tiene una energía vital necesaria para repensarnos”.
El recorrido de una gran artista
Alicia participa en salones, exposiciones y programas como: Estancia de producción y aprendizaje en la Universidad de Guanajuato, México (beca AVE Estudiantil 2014), Salón Nacional Gran Premio Banco Provincia (Bs As, 2017), VII Salón de Pintura Bancor (Córdoba, 2014), XCI Salón de Mayo (Santa Fe, 2014) y la exposición “De las flores que crecen mientras duermen”, en el Centro de Expresiones Contemporáneas (Rosario, 2015).
Realizó clínicas de obra con Norma Rojas (2013-2015), Cynthia Kampelmacher y actualmente con Daniel García (Espacio Santafesino, categoría Formación, 2017).