Aun cuando aclaró no tenía pruebas de irregularidades, Barr allanó el camino para indagar eventuales denuncias, tal como lo reclamó el presidente Donald Trump, quien hasta este lunes por la noche no había reconocido su derrota en los comicios.
La decisión del secretario liberó a los fiscales de antiguas restricciones para esa clase de investigaciones, en medio de la polémica generada por Trump y sectores del Partido Republicano que denunciaron anormalidades electorales sin presentar evidencia.
“Dado que las votaciones en las actuales elecciones concluyeron, los autorizo a investigar denuncias significativas de irregularidades en el voto y en el proceso de recuento, antes de la certificación de las elecciones en sus jurisdicciones”, dijo Barr en una carta dirigida a todos los fiscales federales del país, según la agencia de noticias AFP.
El funcionario advirtió que “estas investigaciones o revisiones deben ser conducidas cuando haya denuncias que sean claras y aparentemente creíbles de irregularidades, que si se comprobaran ciertas, podrían potencialmente tener impacto en el resultado de la elección federal en un determinado estado”.
Usualmente, las investigaciones sobre fraude son competencia de los estados, cada uno de los cuales fija sus propias reglas electorales.
Fuente: Agencia de Noticias Télam