El Yoga da una importancia considerable a nuestra relación con el Universo, nos dice Indra Devi en esta lección, explicando que por eso esta disciplina nos enseña una forma de respirar diferente a la ordinaria y que refleja una actitud de comunión con el Todo, actitud que puede ser mantenida mientras hacemos las respiraciones profundas.
Mataji nos recuerda que cuando dormimos respiramos profundamente a determinados intervalos, de manera automática o instintiva, lo que puede estar indicando que la respiración profunda es de índole elemental y que mediante ella podemos establecer conscientemente el contacto entre nuestro yo interior y las fuerzas profundas de la Naturaleza. Por eso nos aconseja hacerla muy relajados, lenta y suavemente, sin forzar el movimiento.
Citando estas palabras de Swami Paramananda: “Cuando la mente se ha calmado, aparece el Yo en su verdadero estado y no tenemos que hacer el más mínimo esfuerzo para percibirlo”.
Indra Devi nos insta a recordar siempre la necesidad de transmitir la práctica de la respiración profunda en toda su pureza y efectividad para avanzar en las experiencias de concentración y meditación, ya que “el arte de la concentración poco se practica en Occidente, donde se hace todo lo posible por distraer y disipar constantemente el pensamiento”.
Además, mientras que en la concentración interviene la mente, en la meditación quedan interesados el corazón y todo el ser del individuo, porque la fuente de la meditación es siempre de naturaleza espiritual.
Entonces, mientras la capacidad de concentrarse puede ser la señal del genio, la capacidad de meditar puede ser indicio de pureza ética y de santidad, nos dice la Maestra.
Pero el grado de profundidad en la concentración y en la meditación varía con las personas, puesto que unas pueden permanecer sin distraerse unos cuantos segundos, mientras que otras son capaces de permanecer largo tiempo, lo que también depende de la perseverancia en la práctica de la respiración profunda que, reiteramos, es reflejo de la actitud de unión con el Todo.
Y hay más lecciones de Mataji en próximas notas. Namasté.