“Sólo cuando realmente sabemos y entendemos que tenemos un tiempo limitado en la tierra y que no tenemos manera de saber cuándo se acaba nuestro tiempo, entonces comenzaremos a vivir cada día al máximo como si fuera el único que tenemos”, Elisabeth Kubler Ross.
Hace tiempo tenía ganas de escribir sobre la finitud de nuestra vida y qué mejor que elegir una frase de la Dra Kubler Ross, psiquiatra que dedicó su vida a estudiar qué hay más allá de la muerte.
Nadie piensa en qué día moriremos, es un tema que se evita, por lo menos en nuestra cultura, es como si la muerte no existiera o pensamos que pasará, pero en algún momento lejano, mientras tanto creemos que disponemos de tiempo para perder en conflictos, problemas banales y hasta dejando de estar con las personas que más queremos.
Hablar de la muerte es un tema de quiebre, es contundente, podemos discutir, debatir, todo tiene sentido hasta que aparece ella y ahí todo lo que nos preocupaba deja de tener importancia, pasa a segundo plano. Todo lo material, las posesiones, nuestro trabajo, nuestro dinero, no tienen sentido porque al fin y al cabo cuando nos morimos nada de eso que tanto nos preocupa vamos a llevarnos.
Pensar en la muerte lejos de ser deprimente o “negativo” nos puede ayudar a vivir al máximo cada momento y no es salir a hacer todo lo que no hicimos hasta ahora sino para aceptar y disfrutar la vida tal como viene, apreciando cada momento como único.
¿Quién dijo que no es perfecto así como es? ¿Qué creemos que tenemos que cambiar? Lo que podemos hacer es re pensar nuestra vida y preguntarnos: ¿estoy conforme con la vida que tengo o la cambiaría?
Preguntarme: Si me muero mañana ¿quisiera estar donde estoy y con quien estoy? ¿Qué deseo hacer y no me animo? ¿Vivo o sobrevivo?
Pensar en la muerte puede ser un buen aliado para sacarnos el velo de negación que tenemos de creer que disponemos de todo el tiempo para vivir y lo cierto es que no lo sabemos, nadie lo sabe. Esa misma incertidumbre hace que la vida sea deseada.
No es para pensar y angustiarse sino para saber que mientras perdemos tiempo en situaciones que tienen solución o no, nuestra vida está sucediendo. Hoy podemos elegir renunciar a ese tiempo perdido y a la vida, todos idealizamos para poder vivir la vida que tenemos.
Que Dios los bendiga