Agustina Navarro (33) es oriunda de Posadas y Eduardo Perichón (30) de Buenos Aires. Ambos tomaron la decisión, hace cinco años, de asentarse en una chacra de General Alvear, donde proyectan su vida basada en el respeto a la naturaleza.
“Elegimos este estilo de vida, que incluyó la recuperación de una chacra deteriorada y un yerbal abandonado. Estamos tratando de cambiar el modelo de monocultivo, queremos recuperar la flora nativa, árboles, plantas de consumo tanto gastronómico como medicinal. Es una de nuestras funciones: revalorizar los productos de nuestra zona y por supuesto las prácticas agroecológicas”, explicó la joven.
Comparten la profesión de cocineros y Agustina continúa sus estudios en la Licenciatura en Artes Plásticas. “La idea es tener productos saludables, recuperar los platos típicos regionales. Combinar la cuna cultural diversa que tenemos por ser zona de inmigrantes, encontrarle la vuelta a la fusión de culturas para unificar la visión de Misiones, con tantas costumbres y tradiciones”, señaló.
Turismo sustentable
El proyecto “Agua Escondida”, encierra los sueños de la pareja, entre los que se destaca el perfil turístico: “Queremos implementar en nuestra chacra un restaurante de campo, un espacio cultural, cabañas ecológicas, siempre con una idea de sustentabilidad”, se ilusionó.
Agustina indicó que “si bien somos los que menos tiempo llevamos en la chacra, estamos en contacto con otros grupos de productores de la zona. La mayoría está en un proceso de transición agroecológica y nosotros venimos trabajando así desde el inicio“.
“Presentamos proyectos comunes al estado para tener herramientas funcionales y de uso cooperativo, como una sala de extracción de miel. Por eso estamos interconectados con otros sectores y aunando iniciativas para fortalecernos”, agregó.