
Al cumplirse dos meses de su trasplante de médula, Nicolás Franco enfrentó una nueva lucha y esta vez contra el coronavirus. El niño misionero de 13 años que fue tratado por leucemia linfoblástica aguda dio positivo por COVID-19 mientras se encontraba en internación en el Hospital Garrahan, donde también resultó contagiada su madre.
A pesar de ser un paciente con muy bajas defensas, el virus no lo afectó en gran medida y el equipo médico lo trató con plasma de pacientes recuperados. En tanto su madre está externada cumpliendo con el aislamiento por protocolo y su padre acompaña al niño en internación, al ser el único sin el virus en la familia.
En comunicación con FM de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, la madre de Nicolás Franco, Silvana Díaz, explicó que “Nico está bastante bien, lo cual es una bendición teniendo en cuenta que es niño con alto riesgo. Tuvo dos días con fiebre pero ni siquiera fueron consecutivos. Durante el primer día con el cuadro febril le realizaron el hisopado que dio positivo”.
“Esta semana tuvo un nuevo día con fiebre pero se encuentra bastante controlado. Fuera de eso no hubo mayores episodios. Por mi parte, los dos primeros días fueron bastante complicados, con dolores musculares fuertes, junto con dolor de cabeza y fiebre. Perdí el gusto y el olfato en ese momento y todavía no los recuperé del todo”, continuó.
En cuanto al tratamiento como pacientes, contó que “a mí sólo me dieron paracetamol para tomar cada seis horas los primeros días. En tanto que a Nicolás le pasaron plasma de recuperados y lo toleró muy bien, porque algunos pueden desarrollar alergia. Él lo lleva muy bien gracias a Dios, lo único que le juega un poco en contra es la ansiedad de no poder salir porque hace dos meses está dentro del hospital”.
Respecto a cómo pudo darse el contagio, Silvana Díaz aseguró que fue dentro del hospital: “A pesar de todos los cuidados que tienen dentro, sabíamos que estábamos expuestos y creíamos que en algún momento nos podría suceder“.
“En el hospital, cuando entré a la unidad de trasplante me hicieron poner la vacuna de la gripe y también el hisopado que fue negativo. Una vez dentro, estuve unos 20 días. Cuando a Nico lo dan de alta, estuvo dos días afuera pero como presentó una recaída regresó al hospital pero ingresó esa vez con el papá y ambos fueron hisopados. Con el padre estuvo una semana y luego regrese yo”, relató.
“A la semana y media empiezo a tener fiebre, dolores de cuerpo y se activa el protocolo. En ese momento los directivos ni siquiera ingresaron a la habitación y me hicieron el hisopado que dio positivo. El papá de Nico dio negativo cuando ingresó y luego cuando hicieron el test al hijo que dio positivo. Ahora está con el padre con todos los cuidados en un sector donde están todos los niños con COVID-19”, siguió.
Por otra parte, detalló que “cumplí los 15 días de aislamiento y tengo que ver qué sucede con la toma de muestra, además del permiso para salir del domicilio”. En todo este tiempo de cuarentena y desde el diagnóstico positivo de coronavirus “a mí me afectó más que nada anímicamente al tener que alejarme de Nico y salir del hospital”.
Sobre el regreso de toda la familia a la tierra colorada, indicó que “aún es muy difícil. Hace dos meses Nico fue trasplantado y su situación es bastante complicada porque sus defensas todavía no están a pleno. Por eso es una bendición que el virus no lo afectó en nada. Tenemos para un mes y medio aún en Buenos Aires, porque tiene que cumplirse los 100 días de trasplante pero a pesar de estar bien y a Nico la quimio no le hizo bien en otros aspectos”.